No hay tradición valenciana que no consiga vertebrar a toda la sociedad. Llegan las Fallas y hasta la rebelde Mònica Oltra se hace los moños y desfila ante la maredeueta. Con la Semana Santa ocurre lo mismo. Resulta tan fácil ver con el capirote tras el Nazareno de Calp al popular César Sánchez, católico declarado, como al comunista y cabañalero Amadeu Sanchis, capitán de la Cofradía de la Oración de Jesús en el Huerto y un clásico de la Semana Santa Marinera.

Precisamente el de Sanchis, candidato de Esquerra Unida a la Alcaldía de Valencia, es el caso que más curiosidad despierta. Amadeu debutó en 1989, en la cofradía del Cristo del Salvador, patrón del Cabanyal. Tanto le gustó que en 2001 creó su propia cofradía: la Oración de Jesús en el Huerto. Es el capitán, allí conoció a su pareja y cada año desfila junto a su hijo. Cuando llega la Semana Santa, Sanchis se instala en su barrio de siempre, en casa de sus padres.

A quien le pregunta, desde dentro y desde fuera de EU, cómo un destacado izquierdista participa en una fiesta religiosa, Sanchis responde con nociones de Sociología: "Son las fiestas tradicionales donde nos reivindicamos como pueblo con idiosincrasia propia. Es religiosa pero es la semana en la que volvemos a ser cómo éramos antes (de la degradación, de la prolongación). Te reencuentras con tu historia".

Sanchis pone un ejemplo más gráfico aún. La Semana Santa marinera es para los cabañaleros como el Levante UD: otra forma de ser del pueblo. Su abuelo, que hizo la guerra y era militante del PCE, refundó en los años 40 dos cofradías junto a sus amigos, también republicanos. Eran los mismos que formaban la peña levantina Casinet.

En la otra punta del arco parlamentario, el diputado autonómico y candidato del PP en Calp, César Sánchez, debuta este año en la cofradía del Nazareno. Sánchez, "católico practicante", tiene una historia propia de Indiana Jones.

En 2009 recuperaron la imagen del Nazareno tras varias décadas perdida. "Estaba en Xàbia, en la casa de unas personas de origen árabe pero que la tenían alquilada, precisamente, a la nieta del artista que talló la imagen. Una noche me llamaron del ayuntamiento y, a las diez y media de la noche, fuimos a la casa. La imagen estaba guardada entre mantas", comenta Sánchez. "Fue muy emocionante". Tras restaurarla, el año pasado salieron por primera vez.

En el PSPV, es la concejala Pilar Calabuig la que lleva la voz cantante en la Semana Santa marinera. Es clavariesa de honor de los Granaderos de la Soledad, y también del Ecce Homo. El propio secretario general, Jorge Alarte, que el año pasado ya se dejó ver por las calles del Cabanyal, Canyamelar y Grau, desfilará mañana como clavario de honor del Cristo de la Columna. La concejal Chelo Orias es clavariesa de honor de las Angustias. Y Carmen Alborch, actual portavoz municipal de los socialistas, desfiló en 2009 el Domingo de Resurrección como una más en la cofradía de Jesús de la Columna, que la había nombrado clavariesa mayor.

Los nacionalistas también procesionan. En el Bloc, es su jefe de prensa, Enric Cuenca, el más devoto de la Semana Santa. Pertenece a "la cofradía de la Purísima Sang del Nostre Senyor Jesucrist de Sagunt, con 500 años, una de las más antiguas" de la Comunitat Valenciana, recita de carrerilla. Cuenca rechaza prejuicios sobre los militantes del Bloc como "intelectuales" alejados de la costumbre. "Nos gusta participar en las fiestas del pueblo. Somos gente del pueblo", dice, al tiempo que recuerda que hoy su secretario general, Enric Morera, estará en el "Encuentro doloroso" de Sagunt.

"Raíces culturales"

Completando el panorama, Carles Choví, líder de la formación valencianista Units x València, presume de la Germandat del Santíssim Crist de la Pietat de Sollana, de la que es secretario de la junta de gobierno y a la que pertenece desde hace 20 años. Tras asistir a la procesión de las Palmas, apunta que sus motivaciones "son fundamentalmente culturales". "Me lo tomo como un apoyo a las raíces culturales de mi pueblo". Como otros compañeros de la clase política, esta semana aparcará por unas horas la campaña electoral para dar rienda suelta a su devoción.