La Semana Santa ha sido nefasta para la colonia de delfines listados y mulares que habitan en el litoral valenciano, 16.000 ejemplares de la primera especie y 2.500 de la segunda.

Casi a diario han varado entre uno y dos animales en diferentes puntos de la costa, según datos facilitados a Levante-EMV por el Grupo de Vigilancia Sanitaria Veterinaria de la Cátedra de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid que ha cifrado en siete el número de cetáceos muertos en solo una semana, del 19 de abril a ayer.

La semana previa habían aparecido otros cuatro cadáveres en las playas de San Juan, Cullera, Alboraia y Peñíscola. Once en total en un fatídico mes de abril que todavía no ha acabado.

Lo peor además está por llegar ya que la epidemia, ocasionada por el morbillivirus -un patógeno letal para esta especie-recrudecerá el número de varamientos en los próximos meses.

Los puntos de la costa donde se han registrado los varamientos en los últimos días han sido: Canet d'en Berenguer donde el 19 de abril arribó un ejemplar listado; San Juan y Denia, donde el jueves, 21 se localizaron dos ejemplares listados; El Campello, donde el sábado varó uno y el domingo otro y El Saler donde el domingo arribó uno y ayer lunes, otro. Estos últimos cetáceos se encontraban tan descompuestos que los biólogos y veterinarios no pudieron determinar la edad, el sexo ni la especie.

"Es el inicio del brote epidémico", afirmó una investigadora del Grupo de Vigilancia Sanitaria Veterinaria que dirige el profesor José Manuel Sánchez Vizcaíno, que calificó de "muy llamativa" la cifra de varamientos durante los últimos días en el litoral valenciano.

Dado su estado de descomposición, es más que probable que el viento arrojara los cadáveres hacia el interior y posteriormente los empujara hacia la costa al cambiar la dirección.

De los trece animales necropsiados por el equipo de Sánchez Vizcaíno se ha detectado la presencia de morbillivirus en ocho de ellos (el 61,6 % ). Los investigadores usaron técnicas de secuenciación genética y PCR y hallaron el virus en los ganglios, cerebro, riñón, timo y pulmones.

Otro dato que ha llamado la atención de los científicos es que mayor parte de los delfines varados son neonatos (menores de un año) o subadultos (menores de cuatro años), lo que indica que se trata de un nuevo brote epidémico, ya que los nuevos ejemplares no pudieron infectarse durante la última ola epidémica de 2007.

"Las diferencias moleculares encontradas respecto a última cepa refuerza la hipótesis de que se trata de un nuevo brote de morbillivirus", agregó el responsable del grupo.

Los miembros del Grupo de Vigilancia de Sanidad Animal tienen en marcha estudios para averiguar donde se esconde el virus cuando no hay brotes o si el agente infeccioso procede de algún animal de fuera.

El grupo de veterinarios y biólogos de la Complutense trabaja desde 2001 con el Centro de Investigación Animal y desde hace dos años con el Oceanogràfic para encontrar un modelo que permita predecir el por qué de los brotes. El morbillivirus que ataca a los delfines se asemeja en un 60 % al virus del sarampión.