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Uno de las primeras obras de la arquitectura orgánica (con forma de esqueleto) característica de Calatrava fue la Llotja de Sant Jordi de Alcoi, en el subsuelo de la céntrica plaza de España. Esta sala subterránea comenzó a construirse en agosto de 1994 y se terminó en mayo del 95. Se inauguró el 19 de mayo en un acto que presidieron el entonces conseller de Obras Públicas Eugenio Burriel y el alcalde José Sanus. Aquel día también se presentó la maqueta del puente Viaducto-Zona Norte, que jamás se ha construido, en una actuación fallida por la que el arquitecto cobró 540.000 euros, que tuvo que desembolsar el ayuntamiento después de un proceso judicial.

Dieciséis años después, la Llotja sigue siendo problemática desde el punto de vista legal. Jamás ha podido adecuarse a las normas de seguridad, que se han intensificado con los años. Fuentes del gobierno municipal del PP admiten que el ayuntamiento ha tenido que certificar oficialmente, a raíz de una petición externa, que la sala subterránea carece de licencia de apertura. Esta situación ha generado cierta preocupación ya que podría encontrarse en dificultades en el caso que esta cuestión fuese sometida al dictamen de los tribunales.

Durante estos años, se han efectuado numerosas intervenciones en la Llotja para mejorar su situación: se han conectado las redes de servicios a los sistemas generales para cumplir la normativa vigente, y el año pasado se destinaron más de 600.000 euros del Plan E a una remodelación y mejora integral de los servicios con nuevos sistemas acústicos, un dispositivo de aire acondicionado y calefacción.

Pero hay un escollo insalvable en la legalización de la Llotja: las dos escalinatas de entrada y salida. Ambas, según se resalta desde el gobierno del PP, tienen una pendiente inadecuada con respecto a la normativa y la anchura de los escalones es más reducida de la establecida por la legislación de seguridad vigente. La subsanación de estos extremos se considera "imposible", debido a que obligaría a una reforma urbanística de enorme magnitud, si técnicamente fuese posible, algo que tendría que ser sometido a un pormenorizado estudio.

Calatrava remitió un escrito al Ayuntamiento de Alcoi en 2009 cuando tuvo noticia de que iba a ejecutarse la remodelación del Plan E, para asegurarse de que iba a estar garantizada la "integridad" de su obra. El consistorio ofreció al arquitecto valenciano las explicaciones oportunas, que debió aceptar. Durante sus 16 años de vida, la Llotja ha sido objeto de polémica ciudadana -el PP la denostó en la oposición-, pero poco a poco se ha sumado a la oferta de espacios para actividades de todo tipo.

Los peritos testifican en Oviedo

La fase oral del juicio que se sigue en Oviedo por el derrumbe del graderío del Palacio de Congresos de Buenavista concluyó ayer con la declaración de cuatro peritos que ofrecieron opiniones enfrentadas sobre las causas del siniestro de la madrugada del 9 de agosto de 2006.

El perito citado por la representación de Santiago Calatrava ha negado que el diseño original de esta estructura, que aún abrirá sus puertas el próximo mes, esté relacionada con el derrumbe o que el despacho del arquitecto valenciano tuviese la obligación de supervisar el apuntalamiento del graderío que se derrumbó ya que, en su opinión, eso corresponde a la constructora. Los peritos llamados a declarar por la aseguradora de las obras y la empresa constructora han afirmado que el colapso de la estructura se produjo por problemas de diseño, ejecución y dirección facultativa de la obra, asumida por el despacho valenciano de arquitectos por 7 millones de euros.

El candidato de Oviedo por la Izquierda a la alcaldía y concejal, Roberto Sánchez Ramos, criticó ayer al ayuntamiento por pagar 1.5 millones a Calatrava por tres "dibujos" realizados por el arquitecto "para el segundo palacio de la ciudad".