Ni en el Registro Civil como nacidos ni como fetos abortivos, ni en los libros de enterramientos del Cementerio General de Valencia, ni en el hospital La Fe..., nada. No hay rastro de los gemelos Juan y José que nacieron en el hospital público valenciano hace ahora 38 años (el 28 de abril de 1973). La madre, Manuela Sáez Cuesta, vecina de Carlet, tenía 19 años cuando los alumbró tras romper aguas en el sexto mes.

"Yo los ví vivos, eran morenitos y tenían la misma cara y el mismo pelo acaracolado que mi marido de pequeño, el médico me dijo que los niños eran más grandes de lo normal, se los llevaron a la incubadora y nunca más volvimos a verlos", declaró Manuela a Levante-EMV, tras testificar ayer ante la Fiscal de Menores de Valencia raíz de la denuncia presentada hace un mes por robo de recién nacidos en La Fe y falsedad documental, ya que en la partida de nacimiento y en el certificado de defunción no aparece la firma de médico alguno.

"El espacio está tachado con una cruz", precisa María, la pequeña de las tres hijas del matrimonio, que fue quien los animó a denunciarlo.

La desaparición de los gemelos de Manuela y Juan es uno de los cinco casos de "niños robados" en La Fe que investiga la Fiscalía de Menores de Valencia, según ha podido saber este periódico.

"Desde siempre he tenido el pálpito de que están vivos", resaltó la madre. El padre, Juan Fernández Más, refirió que al rato de llevarse a los gemelos a la incubadora, "apareció un cura que dijo que iban a bautizarlos por si se morían y al poco tiempo nos dijeron que habían fallecido".

"Mi mujer dijo que quería verlos porque los había visto vivos pero no hubo manera, solo nos decían que se habían muerto pero no nos dejaron verlos ni llevárnoslos a casa, no fue posible por mucho que lo intentamos", agregó Juan.

Manuela, que sabía que estaba embarazada de dos niños porque los sentía en su vientre, cayó en una depresión profunda. "Lo pasé muy mal y ahora de pensar que pueden estar vivos y que me han engañado todo este tiempo..., es horrible".

María, la hija pequeña, animó a sus padres a tirar del hilo. El hilván les llevó hasta el Registro Civil pero las inscripciones de ambos niños no constan en libro alguno, ni siquiera en los legajos de aborto. De allí se fueron al cementerio de Campanar, donde inicialmente les dijeron que los habían enterrado, pero tras trasladar los restos al General acudieron a este recinto donde el encargado tampoco halló vestigio alguno de ambos cadáveres.

"Ahora nos haremos la prueba del ADN", agregó Manuela, segura de que si viera a sus gemelos los reconocería al instante, "porque tendrían la misma cara de mi marido".

"Si viven -añadió-quiero que sepan que no los he dado en adopción ni los he abandonado".

Por otra parte Juana y Angeles Colomer Vicó, vecinas de Ayelo del Malferit, informaron ayer a la fiscal de la desaparición de su hermana a los tres días de nacer en el Sanatorio San Rafael de la Avenida del Puerto de Valencia. La niña aparece con el nombre de María Eulalia en la partida de nacimiento y como María Emilia en la de defunción, pero en ambos documentos no coincide la fecha del parto. Se la llevaron del lecho materno alegando que a la niña le daban ataques y la madre no volvió a verla jamás.

También les dijeron que había sido enterrada en el cementerio del Cabañal pero han verificado que allí no están sus restos "Todo está lleno de contradicciones",agregaron. También se harán el análisis.