En una de sus últimas intervenciones públicas, el honorable conseller Font de Mora nos obsequió con una perla de su cosecha, otorgándose el título de Alejandro I el inaugurador. No es algo nuevo, pues todos conocemos la forma de actuar y de hablar del conseller, siempre buscando la palabra adecuada con la que conseguir crear un clima de incomodidad y provocación.

En estos últimos cuatro años, el señor conseller nos ha hablado de centros construidos e inaugurados (según sus últimas intervenciones en prensa 400), cuando los padres y madres seguimos viendo (y nuestros hijos sufriendo) centros con deficiencias estructurales, aulas masificadas, espacios comunes sacrificados, patios invadidos por barracones, comedores sobresaturados…

Durante estos últimos cuatro años, el señor Font de Mora nos ha hablado de planes experimentales fantásticos, la ciudadanía en inglés, el chino, el plurilingüismo, el uniforme,… todos ellos anunciados a bombo y platillo como la panacea para todos los problemas de la escuela pública, incluso para solucionar el fracaso escolar, que dicho sea de paso, en nuestra comunidad supera el 39 %. Sin embargo, las madres y los padres que creemos en una escuela pública y de calidad vemos que después de 25 años de la LUEV, nuestros hijos e hijas todavía no tienen garantizada la posibilidad de acabar sus estudios en valenciano, no tienen profesores de inglés para edades tempranas o no disponen de las tecnologías propias de los tiempos que corren, porque algunos aparatos pueden producir miopía… ¡vaya tela!

Como madres y padres de la escuela pública estamos muy preocupados por las continuas agresiones a la que se la somete y que durante los últimos meses se han intensificado, citar como colofón a una memorable gestión: los recortes en el profesorado, que han provocado que muchos centros se han quedado sin refuerzos, sin compensatoria o sin desdobles; cesión de terrenos públicos para empresas privadas, cuando existe una gran necesidad de centros públicos que garanticen una educación plural y democrática; planes de mejora sin los recursos económicos o de personal para que puedan ser efectivos realmente y tantas cosas…. Está claro que Alejandro I se equivocó de adjetivo cuando se autoproclamó el Inaugurador, el que refleja su gestión es Alejandro Font de Mora el Destructor, de la escuela pública, claro.