Con las arcas públicas sin liquidez y obligado a contener el gasto público por exigencias del Gobierno central, el Consell superó el primer trimestre del año con un déficit de caja presupuestaria de 789,94 millones, que es la diferencia entre los pagos efectivos realizados (3.354,36 millones) y los cobros materializados (2.564,42 millones), sin tener el cuenta las operaciones extrapresupuestarias, que incluyen conceptos como los créditos a corto y las retenciones a los funcionarios. Así lo revela el informe enviado por la Conselleria de Economía a las Corts Valencianes, en el que se detalla la situación de la tesorería de la Generalitat a 31 de marzo pasado. El dato quizá explica otro, revelador: en los tres primeros meses del ejercicio el Ejecutivo autonómico se desembolsó 244,8 millones de euros en intereses de la deuda mientras sólo se invirtieron 109,8.

Eso sí, las subvenciones del Consell para proyectos de inversión de sus empresas y otras instituciones como los ayuntamientos se elevaron a 326 millones. De los 3.354 millones pagados, 815 corresponden a presupuestos de ejercicios anteriores a 2011, mientras que de los 2.564 millones cobrados, tan sólo 158 perteneces a ejercicios ya cerrados. El Consell arrancó el año con una caja negativa de 486 millones de euros.

Del dinero pagado en el trimestre, 1.107 millones, el 33 %, se fue en nóminas del personal y otros 494,8 millones, el 14,7 %, en gastos de funcionamiento. Los intereses han supuesto el 7,3 %, mientras que la inversión directa del Consell, el 3,3 %, y la indirecta, el 9,7 %.