El mitin de la plaza de toros es como la gran misa de campaña, como la excursión a las finales de fútbol, como peregrinar a la Meca. Es la gran profesión de fe. Un motivo para reafirmar el sentimiento de hermandad, de pertenencia al mismo clan, una ocasión para que la parte más militarizada de la feligresía pueda tocarse, cargar las pilas, quemar los complejos y elevar la autoestima. Pocas veces como hoy ha sido tan determinante la cita del PSPV con la plaza de toros, donde Joan Calabuig, Jorge Alarte y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero tienen quizás el último cartucho para agitar de una vez esta campaña y movilizar a un elector socialista que deambula entre el cabreo y la decepción.

En el limbo de la abstención o de tránsito hacia EU o Compromís se cuentan entre 120.000 y 130.000 electores que en 2007 optaron por las siglas PSPV, que alcanzó los 838.000 votos. En las generales de 2008 fueron 1.124.000 los ciudadanos que se inclinaron por el puño y la rosa. El mitin de hoy es el último aviso que la campaña da al PSPV. La última oportunidad para devolver la confianza a quienes se han instalado en el voto oculto o han incrementado, caso de la ciudad de Valencia, una bolsa de abstención socialista crónica que se sitúa entre los 30.000-40.000 votos si se comparan las citas de las generales con las autonómicas y municipales.

El reto del cap i casal es clave para salvar los muebles. El sondeo del CIS le daba al PSPV diez concejales, dos menos que los logrados en 2007. Esas dos actas se las cedería a EU, que regresaría al ayuntamiento tras una legislatura ausente. Todas las encuestas —incluidos los trackings del propio PSPV y del PP— coinciden en que en los últimos días la intención de voto a Alarte ha repuntado entre dos y cuatro puntos y que el PP ha corregido a la baja otro tanto, pero a los socialistas les urge agitar el voto. La distancia se sitúa en torno a los 20-23 puntos. Hoy abrá lleno. El coordinador de campaña, Víctor Sahuquillo, dijo que esperan 16.000 personas. Muy apretadas estarían.

Para ello, se han movilizado 280 autobuses. A las 10.30 horas se abrirán las puertas y a las 11 empieza el espectáculo de teloneros y bandas de música. El PSPV desplazará a más de 10.000 militantes y simpatizantes, una cantidad que da para poblar casi la nueva grada remozada. La arena queda, por así decirlo, para la «iniciativa privada». Gente que se desplace en coche o residentes en la capital.

Ferraz podrá ya respirar tras una semana de nerviosismo, con insistentes llamadas a Valencia. De hecho, el PSOE ha fiado también a la plaza de toros sus esperanzas de dar un chute de ánimo a sus bases con las primeras imágenes de un mitin masivo protagonizado por Zapatero, el gran lastre de las siglas PSOE, especialmente hasta que aclaró que no repetía. La inquietud ha cundido en Ferraz por los pinchazos que se han producido en actos en toda España. De ahí que busque una demostración de fuerza. La última de las encuestas difundidas ayer, la de Antena 3 y Onda Cero, daba entre dos y cuatro escaños más al PP, respecto a 2007, y cuatro o seis actas menos al PSPV. A Esquerra Unida le otorga nueve escaños, con un 8,3 % de los sufragios y a Compromís lo deja fuera de las Corts, si bien le da un 4,4%. El CIS lo dejaba en un pobre 2,7%.

«El acto de mañana (por hoy) es una reivindicación de nuestro proyecto de honradez, dignidad y futuro», proclamó el candidato Alarte, quien ayer se reunió con el secretario general de CC OO-PV, Paco Molina. «Cuando gobernemos no pagaremos ni un euro más sin que las políticas del Bienestar vuelvan a los valencianos», prometió Alarte.