En la misma mañana, Inés M., una valenciana de 28 años, embarazada de 14 semanas, vivió ayer en el hospital La Fe dos hechos insólitos. El de menos calado fue la pérdida de su historia clínica que se prolongó durante una hora; el segundo y más grave fue escuchar al jefe médico de la tercera planta de Maternidad que no la podían intervenir, como estaba previsto desde hacía una semana, porque no había hilo de sutura para coserla.

La paciente había sido citada para someterse en la mañana de ayer a un "cerclaje uterino", una pequeña operación que consiste en coser el cuello del útero para evitar que se dilate durante la gestación como le ocurrió en un embarazo anterior en el que perdió el bebé.

Hace siete días su médico le programó la intervención, ya que este abordaje quirúrgico se tiene que realizar entre la décima y decimosexta semana de embarazo.

"Estoy programada desde el 10 de mayo, que fue cuando me dijeron que tenía habitación en esta planta y que ingresara en ayunas; durante toda la semana me han hecho las pruebas de anestesia para el preoperatorio: análisis de sangre, el electro..., pero a las once de la mañana el responsable médico de la planta se ha pasado por mi habitación y me ha dicho que la intervención tenía que retrasarse porque no había hilo para coserme", declaró a Levante-EMV Inés M. absolutamente perpleja.

"Me parece muy fuerte, quien sea ha metido la pata porque es un fallo gordo en un hospital como La Fe", agregó la gestante. Inés afirma que se hubiera esperado cualquier cosa: que no hubiera quirófano, que no hubieran encontrado la historia clínica, "pero... que no me operaran porque no había hilo para coserme -enfatiza la paciente-no me lo podía creer, es que es casi tercermundista".

La Conselleria de Sanidad admitió ayer que "debido a un error" no quedaba en el almacén la sutura específica que se utiliza en este tipo de intervenciones que se reabsorbe y es de sellado definitivo. "No es un hilo de sutura normal", precisaron las mismas fuentes.

La conselleria reconoció que tampoco se había notificado la reposición del material pese a carecer de existencias.

Aunque fuentes de la conselleria indicaron a media tarde a este periódico que la paciente ya estaba en quirófano, a las ocho y media su marido, Isaías Cabezuelo, confirmaba a este rotativo que Inés M. permanecía en la habitación.

El esposo lamentaba que su mujer, que debe ingerir alimento cada cuatro horas, estuviera tantas horas en ayunas. Isaías indicó que cuando le comunicaron que no podían intervenirla le dieron un descafeinado y unas galletas, lo que fue usado como excusa por el hospital para argumentar la demora (el paciente debe estar 6 horas en ayunas antes de operar).

Inés M. refirió a este periódico que el médico le informó de que se trata de una intervención de unos diez minutos que se realiza con anestesia local de cintura para abajo. En la 38 semana de gestación le quitarán los puntos en otra operación para que pueda dar a luz.