Los proveedores de material sanitario han vuelto a prender la tea incendiaria contra el Consell al haber incumplido el compromiso de pago entre ambas partes que tenía que plasmarse entre finales de abril y mediados de mayo.

"Existe un desprecio absoluto hacia nuestra situación y ante nuestros gravísimos problemas, ya que al parecer se considera que no tenemos derecho ni a saber lo que se va a hacer", expresaban ayer en un comunicado en el que se informaba que ninguna empresa ha cobrado la totalidad de lo prometido y que incluso alguno de los asociados no ha cobrado nada.

Las promesas de reducir de 1.076 a 170 el número de acreedores con facturas pendientes de 2009 y de 976 a 290 los que tienen pagos sin formalizar de 2010 han quedado en agua de borrajas. La flecha no sólo apunta a la diana de la Conselleria de Sanidad, sino a todas las conselleries afectadas en el impago. "Nadie dice nada ni quiere decir nada y entretanto los proveedores, haciendo de tripas corazón, seguimos suministrando y firmando pólizas con los bancos que todavía acceden a ello", lamentaban ayer los empresarios.

La guinda a esta dramática situación financiera la puso un responsable de la Conselleria de Sanidad al responder al portavoz de los proveedores que no había necesidad de mantener más reuniones. "Nosotros -dijo- ya hemos dicho lo que vamos a hacer y lo único que vale es la promesa de Camps cuando manifestó públicamente que después de las elecciones se pondrían al día con los pagos". La respuesta dejó atónito al portavoz de los empresarios, que calificó de "intolerable" esa falta de sensibilidad.

Vicente Peiró, el representante de los proveedores, expresó: "Alguien tendrá que decirles a los políticos que no se puede jugar de esta manera con el futuro de las empresas, personas y familias que dependen de ellas."

Por último, los acreedores se guardan un as en la manga para presionar a la Administración con medidas antipopulares en caso de que mantengan los impagos.