Cuando a las ocho de la tarde las principales emisoras rompían el alto el fuego con los primeros escrutinios electorales y los políticos envaraban la espina dorsal e hinchaban las aletas de la nariz para prepararse a encajar los resultados de las urnas, en la Plaça 15 de Maig -la del Ayuntamiento- varios centenares de personas se dirigían con velas encendidas a una de las puertas del Consistorio para representar el entierro de la Democracia, con el correspondiente minuto de silencio y la ovación de despedida.

Al contrario de lo que ocurría en las sedes de los partidos, donde la diana de la atención se centraba en la evolución del número de escaños y concejales, en la plaça los asistentes comenzaban a crecer sentados en el suelo para asistir a la asamblea diaria de las ocho de la tarde.

"El sistema aún es suyo, la plaça ya es nuestra". La frase, una de tantas escritas en el suelo y en los murales de cartones, describía fielmente lo que pasaba fuera, en el mundo de las formaciones políticas, y lo que se vivía dentro. A ninguno de los miles de congregados en este ágora popular parecía importarle el resultado electoral. Uno de los organizadores recordó que el movimiento del 15 de mayo "es de todos" y aconsejó comenzar a rotar para que todos pudieran descansar, "porque por una persona que descanse, diez van a a trabajar". El interviniente aconsejó respetar el descanso y anunció la creación de una zona específica para ello. Organizarse para resistir.

No hay fecha final para el movimiento ni para poner fin a la esperanza de que todo puede cambiar. Ese era el escrutinio electoral y la atmosfera que ayer se respiraba en la plaza del Ayuntamiento. Los ciudadanos que sostienen el movimiento comunicaron que éste se mantendrá aunque haya finalizado el proceso electoral. "Vamos a mantener la llama del 15-m".

"Anem a fer història, anem a continuar la nostra lluita en la plaça perquè açò no ha fet mes que començar", afirmó otro de los impulsores que propuso trasladar el movimiento a los barrios y a las universidades para crear asambleas, mientras citaba las de Sueca, Burjassot, San Marcelino que ya se han activado.

En contra de agotarse, las propuestas van a más cada día: profesores universitarios comenzarán a dar clases abiertas sobre derecho laboral, constitucional, el Banco del Tiempo se mantiene abierto a cualquier voluntario que quiera aportar sus conocimientos y su disponibilidad.

Para las siete de la tarde de hoy se ha convocado una cadena humana, el 27 de mayo se celebrará una manifestación contra los recortes de sanidad, a partir de hoy se introducirán las caceroladas diarias en los barrios (Patraix, Cabanyal...).

En la primera semana de la movilización se han recogido 400.000 firmas para pedir la reforma de la ley electoral, "nos piden un millón pero llevaremos millón y medio...". La frase encendió el entusiasmo de los asistentes de todas las edades y aspecto que llenaban la plaza que alzaron y giraron las manos en señal de alegría. Y como ocurre en el histórico Speaker's Corner (esquina del orador) del londinense de Hyde Park, la plaça volvió a convertirse ayer en un parlamento abierto a los ciudadanos. Un ágora asentada sobre el principio más elevado del ser humano: su libertad.