Benidorm amaneció ayer con una dura resaca electoral. Pocas poblaciones deben haber en la provincia donde las fuerzas vivas de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, mostraran caras tan largas. No era para menos. Condenados a la incertidumbre, ninguno depende de sí mismo para alcanzar el poder sino de la líder del CDL, Gema Amor, que con tres concejales está dispuesta a pedir el cielo. Y lo hará: socialistas y populares certificaron ayer lo que ya intuían en la noche del domingo, que Amor exige la Alcaldía para llegar a un pacto que, en esta nueva legislatura sin mayorías absolutas, garantice la gobernabilidad del principal destino turístico de la Comunitat. Cree que le asiste el derecho moral, después de haberse quedado a 60 votos de un cuarto concejal.

Consciente de la ventaja que le otorgan las aritméticas electorales, Amor se lo va a tomar con calma: no dará el primer paso y esperará a que sean los dos partidos más votados (el PSOE, que con 11 ediles logró el domingo una triste victoria, y el PP, con el mismo número de escaños) los que muevan ficha. Ahora bien, como decía ayer un militante popular, "Amor le exigirá la Alcaldía al PP y se la pedirá al PSOE". Y es que la líder del CDL considera que fue ninguneada por el PP, que presidió hasta el mes de abril y con el que rompió tras no llegar a un acuerdo con su alcaldable, Manuel Pérez Fenoll para confeccionar la lista. A pesar de ese divorcio, todo indica que los primeros contactos se producirán entre esas dos fuerzas políticas, aunque sea por coherencia ideológica: el CDL captó su principal remesa de votos entre algunas de las familias más ilustres del centro-derecha. Al respecto, Amor ya ha puesto condiciones: quiere un interlocutor válido con el PP. O, en otras palabras, que no desea sentarse a la mesa con Fenoll. Es lógico: los contactos entre los dos antes de la campaña para evitar una escisión acabaron como el rosario de la aurora. O sea, en escisión.

En realidad el escenario ideal para el CDL sería que Pérez Fenoll se retirara a un exilio dorado fuera de Benidorm (algún puesto en el escalafón de la Generalitat) y que Amor negociara con algún otro miembro de peso en el partido, fuera proclamada alcaldesa y con el tiempo regresara al PP olvidando así los últimos años de crisis . No es fácil: en primer lugar, porque hay sectores populares que preferirían pasar 4 años en la oposición antes de apoyar una investidura de Amor, a quien no perdonan que rompiera el partido a un mes de las elecciones. El propio Pérez Fenoll tampoco está por la labor: si bien es verdad que ayer apostó por una alianza con el CDL para garantizar la estabilidad del municipio, advirtió que él debe quedarse la vara de mando: "es de sentido común que la Alcaldía sea para el partido que obtuvo 11 concejales y no 3 ". En cuanto a la posibilidad de abandonar la primera escena de la política local, Fenoll fue más enigmático: "mi intención es seguir trabajando por Benidorm". El alcaldable popular advirtió de que quien debe iniciar la ronda de negociaciones es la propia Amor "porque tiene el sartén por el mango". La líder del CDL espera en cambio una llamada de Fenoll.

La mala relación entre las dos fuerzas conservadoras abre una puerta a la esperanza en el PSOE, que sueña con que, si Amor es incapaz de entenderse con su antiguo partido, extienda una oferta para que Agustín Navarro se mantenga en el poder. No obstante, Amor, y pesar del salto ideológico que podría suponer, está también en condiciones de reclamar a los socialistas la Alcaldía, consciente del anhelo del PSOE de mantenerse en el gobierno.

El socialista Navarro no descarta gobernar en solitario

El domingo por la noche, Navarro aspiraba a gobernar en minoría "aunque sea con el susto en el cuerpo". Esta alternativa cobraría fuerza si se impone el criterio de algunos sectores del PP de pasar a la oposición y no pactar con el CDL para no agrandar la figura de Amor. O dicho de otra manera: en el PSOE esperan que el PP no caiga en el mismo error de los propios socialistas cuando en la campaña, conscientes de que Amor le restaría votos a Fenoll, llegaron incluso a piropear a la líder del CDL. Si Navarro cae a la oposición, puede encarar serias dificultades para mantener su liderazgo, sobre todo con el aparato del partido. Finalmente, otro posible acuerdo entre PP y CDL se basaría en que tanto Gemma Amor como Manuel Pérez Fenoll renunciaran a la alcaldía para pactar un munícipe de consenso: todos los focos apuntan en este sentido al número 5 popular, David Devesa, bien visto por ambos bandos .

a. ruiz/m. gallego benidorm