Pasaron las elecciones y con ellas, la connivencia que hasta el momento ha mostrado la policía respecto al movimiento cívico 15M. La multitud de ciudadanos que cada tarde, desde hace una semana, se reúne en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, rebautizada como plaza Quinze de maig, vió ayer frustradas sus intenciones de realizar una cadena humana alrededor del Palau de la Generalitat.

Justo a las 19 horas, momento en el que estaba programada esta acción, un joven anunció por micrófono que la policía no les permitía manifestarse en las cercanías del Palau de la Generalitat; de hecho, no pueden hacerlo en ninguna otra parte que no sea la misma plaza del Ayuntamiento, ya que no disponen de los permisos que les requiere la policía.

La reacción de los manifestantes no se hizo esperar. Centenares de personas se cogieron de las manos y formaron en el centro de la plaza una espiral que pedía a gritos "democracia" y "justicia". "Estamos demostrando que sabemos hacer las cosas y las hacemos bien", aseguró David, miembro de la comisión de acción del movimiento. A ritmo de "dolçaina i tabal" los manifestantes seguían clamando de forma pacífica, como hasta ahora, un cambio en el sistema político y social que ha comportado el hartazgo de los presentes. Al finalizar esta cadena, la multitud se congregó frente al ayuntamiento, gritando al unísono "¡manos arriba, esto es un atraco!", en protesta por no poder realizar la cadena humana en el Palau de la Generalitat.

"Ya han pasado las elecciones y no nos tratan igual", se quejaban los participantes de este movimiento asambleario. De hecho, se hace evidente para cualquiera que pasee por la plaza que la presencia policial ha aumentado. El joven del micrófono continuó explicando que si alguien acudía a manifestarse fuera de la plaza, se enfrentaba a una sanción administrativa, según informó la comisión jurídica de la plataforma.

Cambio de rumbo

El anuncio de una posible multa contrasta notablemente con la situación vivida hasta ahora, ya que el sábado pasado se realizó la misma acción, un "abrazo" alrededor del consistorio, que no conllevó ningún incidente con el cuerpo de policía. "Hasta cortaban el tráfico para que pudiéramos pasar", explicaba una joven.