El otro movimiento de los indignados, el que emergió en el PSPV tras el 22-M, se va consolidando conforme pasan las horas y en Blanquerías no dan las señales de vida que reclaman los críticos. Cada día son más las voces que piden un congreso extraordinario, mientras el líder del partido sigue acotando el problema en Madrid y se propone llegar a unas generales en las que, con nuevo candidato federal y, seguramente, nuevo líder del PSOE, cree repuntarían los resultados del socialismo valenciano.

En las dos últimas legislativas (2000 y 2004) los registros del PSPV estuvieron 7 y 6 puntos por encima de los cosechados en las autonómicas del año anterior. En el escenario de unas presidenciales siempre opera el factor voto útil y la concentración de la izquierda en torno a las siglas PSOE.

La opción de Alarte es José Blanco, su padrino, y, por supuesto, Alfredo Pérez Rubalcaba. En unas condiciones de repunte del PSPV y con el apoyo de Ferraz, Alarte considera que podría ganar el congreso del partido y una segunda oportunidad de ser candidato.

En el comité nacional del pasado 26 de febrero, las listas municipales socialistas se aprobaron por unanimidad y las autonómicas, en las que Jorge Alarte laminó o renovó, según se mire, al 80% de los diputados, con un solo voto en contra. El último proceso orgánico antes de pasar el examen de las urnas fue el enésimo episodio —el primero fue el congreso que ganó en septiembre de 2008— en el que optó por rodearse sólo de afines para marcar su directrices políticas y evitó pagar el peaje de una integración que, en tanto que pacto, acarrea renuncias.

Ahora, tres meses después, detrás de cada esquina le salen a Alarte una legión de cuadros del partido que le piden directamente su dimisión o congreso extraordinario para ajustar cuentas. El comité nacional de listas del domingo no será otro paseo en barca. Alarte tiene a su favor que la anemia del partido y el revolcón electoral que sufrieron en sus ciudades algunos de los mejor situados para poderle suceder (desde el alcalde de Elx, Alejandro Soler, hasta el de Gandia, José Manuel Orengo) complican que nadie tenga fuerzas o ganas de levantar la bandera.

En todo caso, los encuentros para fijar posición entre sectores críticos se van sucediendo. El alcalde de Morella, Ximo Puig, reunió ayer a sus afines, que, en general, son partidarios de pedir la dimisión de Alarte y congreso extraordinario, posición en la que no está Puig.

Igual que sucedió cuando tuvo que convencer a los suyos para no desafiar a Alarte en primarias para evitar la sensación de división interna, del mismo modo anoche Puig intentó hacer pedagogía de que un congreso extraordinario no conviene al PSPV. «No se puede solucionar los errores de Alarte con más errores», llegó a decir, además de manifestarse contra las «soluciones cainitas».

Puig entiende que antes de pronunciarse en el comité nacional, que precisamente para fijar posición se reunieron, habrá que esperar qué sale del federal del sábado. «Hay que ver cómo los socialistas valencianos participamos en el proceso de reconstrucción del PSOE», sobre todo, «en el debate de ideas y propuestas». Todo ello se abordaría en un congreso federal, del que Ximo Puig sí es partidario. El alcalde de Morella subraya que no hace falta que sea extraordinario sino que, estatutos en mano, podría celebrarse a principios del próximo mes de julio.

Reuniones para fijar posición

Esta noche también habrá reunión de sectores disconformes con la dirección de Alarte, entre los que se encuentran dirigentes de Esquerra Socialista, que urgen a convocar congreso extraordinario en el PSPV para relevar al secretario general. Mientras, Alarte sigue mirando hacia Madrid, pero no descuida la labor de ir apagando fuegos con gestos de apertura y generosidad haciendo de la necesidad virtud.

Alarte acudió el martes a Gandia para expresar su afecto al alcalde derrotado José Manuel Orengo, en quien ha pensado para que sea diputado provincial y hasta portavoz en la diputación. El todavía alcalde no ha tomado decisiones sobre su futuro, pero fuentes de su entorno indicaron que en todo caso su «prioridad» es Gandia. Fuentes de la ejecutiva de Alarte indicaron que éste anunciara una iniciativa «política, de apertura» como medida revulsivo y de descompresión en el partido.