El jefe del Consell, Francisco Camps, tiene encima de la mesa una batería de propuestas sobre la organización del que será su nuevo Ejecutivo tras la mayoría absoluta obtenida en los comicios del pasad 22 de mayo. La necesidad de realizar ajustes, cuadrar ingresos con gastos y afrontar la elevada carga financiera y de compromisos con proveedores y contratistas va a marcar la estructura administrativa.

A la espera de conocer los nombres del próximo Gobierno, Camps ya ha anunciado su intención de reducir conselleries y despiezar la actual Conselleria de Economía trasladando Empleo y Formación a Educación y creando una conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas. Todo indica que el resultado de este proceso será una macro área de Economía e Industria a la que estarán adscritas la mayor parte de las empresas públicas y que podría estar dirigida por un vicepresidente. El presidente de la Generalitat anunció en la precampaña su intención de configurar dos grandes "holdings" que unifiquen las mercantiles públicas. Uno estaría dedicado a la inversión en infraestructuras y otro a la prestación de servicios.

Este proyecto tendría como objetivo configurar una suerte de SEPI y trabajar en la optimización y racionalización de recursos buscando fórmulas para reducir el gasto y contener la abultada carga financiera de las empresas públicas. La privatización de servicios e incluso la venta de activos está entre las opciones y documentos de trabajo internos del Consell. Algunas de las sociedades públicas, como son las de saneamiento y depuración de aguas (Epsar) o la de gestión de residuos (Vaersa) cuentan con instalaciones como depuradoras o plantas de tratamiento y servicios que pueden resultar interesantes para la iniciativa privada. En su caso sería casi una privatización total ya que gran parte de la actividad que realizan se ha ido externalizando. Así ha sido con los residuos, mayoritariamente en manos privadas con la aprobación de los planes zonales.

Muchos de estos documentos internos están sobre el escritorio de Camps desde hace meses, cuando la crisis comenzó a hacer estragos en las cuentas públicas. Ahora, el vicepresidente tercero y conseller en funciones de Medio Ambiente y Urbanismo, Juan Cotino, trabaja con el jefe de gabinete de Camps, Pablo Landecho, en la elaboración del que será un nuevo organigrama administrativo marcado por el ajuste presupuestario. Un hecho que ha generado cierto malestar en miembros del Consell, como el vicepresidente económico en funciones, Gerardo Camps.