El catedrático de la Universitat de Valencia y especialista en hipnosis Antonio Capafons es el creador del «Modelo Valencia de Hipnosis Despierta», que trata de fomentar la eficiencia de las técnicas de hipnosis como coadyudante en los tratamientos médicos. Este modelo, que según Capafons permite a los pacientes «aprender procedimientos de autocontrol a través de sugestiones hipnóticas», ya se está aplicando en hospitales de EE UU para ayudar a los pacientes oncológicos a soportar mejor los tratamientos contra el cáncer.

¿Qué es la hipnosis?

Vamos a pensar la hipnosis como si fuera una moneda. Una cara sería la hipnosis como un campo experimental de ciencia básica. En él se investiga como funcionan las sugestiones, como afectan a la percepción, por ejemplo las alucinaciones, a la memoria, en el caso de las amnesias, a las emociones... Este es un campo muy duro de investigación, que se restringe a especialistas en Psicología, Medicina o Fisiología en ámbitos muy científicos. De esta área es la que se nutre la otra cara de la moneda, que sería la hipnosis aplicada, donde se trabaja principalmente en el ámbito de la medicina y la psicología clínica. Es decir, un conjunto de procedimientos para manejar las sugestiones hipnóticas con el fin de ayudar a mejorar la eficacia y la eficiencia de tratamientos médicos y psicológicos.

¿Y qué son estas sugestiones?

Podría decirle ahora: «por favor, levántese y abra la puerta». O: «note como siente la necesidad de acercarse a la puerta, le apetece abrirla, ver quien hay detrás... siente un impulso agradable por hacerlo, un impulso que le enriquece...». En los dos casos, siempre, es la persona la que realiza la acción sin perder el control. Lo que pasa es que en el primero, el abrir la puerta, lo percibes como algo que te supone un cierto esfuerzo y, en el segundo, lo acometes porque te apetece, porque sientes una necesidad. Esto último es una sugestión hipnótica.

¿Qué están haciendo para que la hipnosis científica y profesional sea reconocida en España?

Estamos creando sociedades científico profesionales multidisciplinares, como la Sociedad Española para el Avance de la de la Hipnosis Experimental y Aplicada, y junto a estas sociedades y los colegios oficiales de psicólogos y médicos, queremos acercarnos a la Administración y pedir que se revoque el decreto ley que excluye la hipnosis de las prestaciones sanitarias públicas en Salud Mental, ya que hay muchos que piensan que se prohibe no sólo en este ámbito sino también en el resto . Hace años ya que los ensayos científicos demuestran que la hipnosis ayuda mucho en el ámbito de la salud.

¿Cuénteme alguno de los beneficios que ofrece la hipnosis?

Por ejemplo, sabemos que si la usamos en la preparación del parto va ayudar a la reducción del dolor y la duración del parto. Sabemos que un paciente que recibe una asistencia psicológica que incluya hipnosis va estar menos tiempo en el hospital, va a consumir menos fármacos y recuperará antes el tono muscular. Si está recibiendo tratamiento de radioterapia, va a tener menos fatiga y mejor ánimo, o reducirá los vómitos en caso de la quimioterapia. Es decir, que en el campo de la Medicina y la Psicología de la Salud, la hipnosis se ha demostrado como una herramienta coadyudante muy útil. En el ámbito de la Salud Mental, sin embargo, no hay tanta evidencia científica, pero tenemos indicios muy serios de que puede ayudar a combatir trastornos de ansiedad y la depresión.

¿Cómo van a convencer a los políticos de que la hipnosis debe entrar en la Sanidad pública?

Explicándoles que con la hipnosis el paciente está mejor a un menor coste económico.

¿Por qué recomienda su inclusión como una prestación sanitaria más?

Por la evidencia científica. El propio real decreto dice que solo deben utilizarse procedimientos que tengan un aval científico. La hipnosis, en el campo de la Psicología de la Salud y la Medicina, ya tiene evidencia más que de sobra para poder determinar que ayuda a incrementar la eficacia y la eficiencia de los tratamientos psicológicos, ahorrando dinero al Estado. En Salud Mental, los indicios son tan serios que prohibir la hipnosis, limitación que no existe en el Reino Unido u Holanda, lo que hace es dificultar la investigación. Una gran parte del gasto sanitario que desangra el erario público no son las enfermedades físicas, sino los problemas de depresión y trastornos de ansiedad. En vez de recetar tantos fármacos, que algunos de ellos funcionan no más que el placebo, se debería de dar una buena asistencia psicológica. Si el Estado, en vez de prohibir, incentivara estos estudios sobre hipnosis sería mucho mejor.

«Más que el intrusismo, preocupan los efectos negativos de la pseudohipnosis»

Alrededor de la hipnosis hay todo un halo de pseudociencia, de charlatanes... ¿Cómo luchan contra esta percepción?

Con la palabra y el razonamiento. La única arma que tenemos es informar de lo que dice la ciencia y la investigación. Y en España, si hay alguien que ha ejercido esta lucha, es el Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunitat Valenciana. Informando podemos prevenir el primer elemento que más nos preocupa, que no es tanto el intrusismo profesional sino los efectos negativos de esta pseudohipnosis.

¿Qué clase de efectos?

Basta con buscar la palabra «hipnosis» en internet para ver que hay personas que hacen «regresiones a vidas pasadas», prometiendo curar enfermedades y que dicen además que lo que se recuerda bajo hipnosis ocurrió en la realidad, cuando sabemos que eso no es cierto, que puede ser verdad o totalmente falso. Hay gente que garantiza que se puede dejar de fumar con una sesión de hipnosis, o curar cánceres, fibromialgias, trastornos de personalidad... Quien confie en este tipo de profesionales está abocado a un fracaso absoluto, provocando un llamado efecto «nocebo», es decir que no solo no mejora, sino que puede tener unas consecuencias mucho peores para su salud.

Preocupa la multitud de gente que se presenta como hipnoterapeuta, ofreciendo resultados milagrosos ¿Qué nos recomienda para evitar que nos engañen?

En el apartado de la web del Colegio Oficial de Psicólogos de la C. Valenciana dedicado al Grupo de Hipnosis (http://www.grupohipnosiscopcv.es) hay una sección en la que se muestran los profesionales de toda España que, además de un título universitario, ya sean médicos, odontólogos o psicólogos, cuentan con formación científica en hipnosis. Yo, desde luego, no iría a ningún profesional formado en hipnosis que no tenga una titulación académica. Es decir, si no sabe o no está capacitado para tratar un problema sin necesidad de recurrir a la hipnosis, con ella tampoco.

Pero es difícil romper tópicos. La hipnosis para la mayoría es un señor que haciéndote mirar a un péndulo te somete a su voluntad...

Eso para nosotros es un espectáculo. La hipnosis no tiene nada que ver con lo que se ve en televisión. La hipnosis busca como nuestro pensamiento, nuestra imaginación, nuestra mente, puede ayudarnos a experimentar reacciones muy intensas y enriquecedoras.

¿Entonces, estar hipnotizado no es estar dormido?

Para nada. Estar hipnotizado es estar plenamente consciente, escuchar lo que está ocurriendo. La persona hipnotizada como tal sabe muy bien quién es, dónde está y recuerda todo perfectamente. Desde hace muchos años se sabe que está muy despierta, que puede estar montando en bicicleta, caminando, hablando... Y eso lo llamamos hipnosis despierta, solo que aquí en Valencia hemos adaptado ese modelo tradicional al siglo XXI.