La dinamización de la vida de las asociaciones de antiguos alumnos a causa de las redes sociales implica al sector hostelero en su conjunto. Así lo afirma Pepe Ripoll, propietario del restaurante la Ferradura, donde se han celebrado varias cenas de este tipo.

El hostelero explica que «la irrupción de la redes sociales en los últimos años ha implicado un aumento en la facturación ya que casi todas estas reuniones acaban en una cena o comida. La gente se reúne para charlar pero, sobre todo, para celebrar». Este impacto ha sido «progresivo» y según señala Ripoll, «irá a más porque la gente se lo pasa bien y recoge la idea para exportarla a otros círculos sociales como los amigos de las vacaciones o de la Universidad». Desde la Federación de Empresarios de la Hostelería de Valencia (FEHV) confirman esta tendencia positiva en el sector: «es un fenómeno emergente, muy positivo y con una dimensión social muy importante», señala Vicente Pizcueta, portavoz de la federación.

Así, Pizcueta reseña un aspecto más importante aún: «estos encuentros forman parte de la memoria social con un valor sentimental entrañable, como las bodas o comuniones. Este valor se traspasa a los establecimiento que han pasado de celebrar uniones a desuniones (separaciones de matrimonios) y ahora, cenas entre gente que no tiene contacto entre ellos». Por ello, Pizcueta remarca la importancia de estar preparado y anticiparse a las nuevas demandas: «los que estén al tanto ganarán un público que cada vez va a ir a más. Ya hay quien ha habilitado webs para gestionar esta demanda y ampliando su servicios con reportajes fotográficos incluidos en las cenas».