Hacen falta donantes de semen porque la calidad del esperma está por los suelos. «Igual de 20 candidatos coges a uno», afirma Carmen Calatayud, codirectora del Centro Médico de Reproducción Asistida (CREA) de Valencia y presidenta de Anacer, la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida. La experta destaca que también hacen falta donantes de óvulos porque cada vez se retrasa más la edad de la primera gestación.

¿Cuánto tiempo debe esperar una pareja antes de acudir a un centro de reproducción?

Depende de la edad, pero un año de relaciones sexuales sin ninguna contracepción, sin resultado de prueba de embarazo positivo hay que consultar. Pero si la mujer es mayor de 35 años el tiempo se reduce a seis meses.

La edad de la mujer condiciona la posibilidad de embarazo. ¿Qué franja es la más adecuada para un tratamiento?

Condiciona mucho. Para someterse a un tratamiento y tener buenas posibilidades de embarazo la edad adecuada es antes de los 37 años. A los 35 años se produce un aumento de las alteraciones cromosómicas en los óvulos, que aumenta con los años. A los 40 la calidad de los ovocitos cae en picado. Lo ideal es quedarse embarazada antes de los 35 años y de forma natural.

¿Por qué tantas mujeres que mantienen relaciones no se quedan en estado?

El principal problema es lo que se retrasa la primera gestación, la gente cada vez tarda más en buscar el primer niño. Luego tenemos otras causas: factores ováricos, tubáricos (trompas obstruidas), endometriosis... También existe el factor masculino.

¿Hay más mujeres solteras que quieren ser madres?

Sí. Ya había mujeres sin pareja que acudían a los centros para conseguir ser madres, pero de cada vez se ve de una manera más normal que mujeres separadas o que no han encontrado pareja decidan formar una familia solas.

En los últimos cinco años se ha duplicado el número de parejas que requieren esperma de donante y la necesidad de donación de óvulos sube un 12%. ¿Qué explica esta demanda?

La demanda se debe a que hay muchas mujeres mayores de 40 años que quieren ser madres y la calidad de los óvulos va deteriorándose con la edad.

En el caso de los varones, se ha apreciado un deterioro progresivo de la calidad del semen.

Es cierto. Normalmente los motivos suelen ser multifactoriales: factores ambientales, el uso de pesticidas, el estrés, la contaminación, la radiación, el estilo de vida, el consumo de drogas, alcohol o tabaco y los que residen en zonas industriales tienen peor calidad de semen... La calidad ha empeorado considerablemente.

¿Se puede solucionar con un tratamiento específico?

Depende. Muchas veces las alteraciones en el semen son debidas a problemas que tienen tratamiento médico: una prostatitis, un varicocele, una alteración hormonal... todo esto tiene tratamiento médico. De todas maneras es muy importante que cuando haya una alteración en el semen se estudie al varón. Una pequeña alteración lo que te está diciendo es que allí hay algo funcionando mal y podría deberse a problemas muy serios como un cáncer testicular.

De hecho, el cáncer de testículo es el más frecuente entre jóvenes de 15 a 35 años. ¿Qué les recomienda?

Precisamente, en CREA hicimos una campaña para la detección precoz de cáncer de testículo en la cual analizábamos gratuitamente una muestra de semen a los jóvenes entre 15 y 35 años para poder discernir los que estaban normales de los que no. A los que no estaban normales les aconsejábamos visitar el andrólogo y ampliar el estudio con pruebas complementarias para descartar el cáncer testicular.

¿Invita a los jóvenes a hacerse una analítica?

Se la deberían hacer. Tienen que acudir a un centro de reproducción asistida. No es excesivamente costoso, igual una analítica completa sale a 80 o cien euros.

¿Hacen falta donantes?

Siempre hacen falta donantes. Hacen falta donantes de todo pero, en concreto, de semen y de óvulos sí que hacen falta porque cada vez hay una demanda mayor. Además cada vez es peor el semen de los candidatos a donante, igual de 20 hombres coges a uno. Esto hace diez años no era igual, la calidad era mejor.

¿Es algo cotidiano dar semen?

Si se considera un acto que ya no es tabú, es bastante normal. Las generaciones de ahora están mucho más comprometidas.

Chicas o chicos, ¿quién está más concienciado?

La donación es diferente porque dar semen no duele y no conlleva un tratamiento previo, mientras que una donación de óvulos implica una estimulación ovárica, pasar por un quirófano... Sin embargo, hay más donantes mujeres que varones. Creo que también influye que las mujeres tengamos un especial sentido de la maternidad.

¿Se les compensa?

Se les da una gratificación compensatoria. Las donantes tienen que venir muchas veces a la clínica, hacerse analíticas, revisiones ginecológicas, ecografías, pincharse una medicación, pasar por un quirófano… Por todo ello, la gratificación compensatoria suele ser entre 800 y mil euros.

¿Y repiten las mujeres?

­¡Sí! No es nada traumático. Muchas te dicen: «Cuenta conmigo cuando me necesites». Hacemos una encuesta después y el 99,9% te dice que sí repetiría.