El nuevo presidente de las Corts, Juan Cotino, se estrenó ayer con polémica. Cotino, miembro del Opus Dei, juró el cargo ante el pleno con un crucifijo -el mismo que tenía en su despacho como conseller de Medio Ambiente-, una escena que irritó a los parlamentarios de la oposición, sobre todo a los de Compromís y Esquerra Unida, que defendieron que el símbolo religioso en las Corts no tiene cabida en un Estado aconfesional y dijeron esperar que no se repita. La controversia marcó una sesión constitutiva del Parlamento donde la tensión era palpable entre el PP y la oposición; y en la que Compromís y EU pugnaron por gestos para arrogarse el protagonismo de la izquierda. Un anticipo de lo que aguarda en la legislatura.

Hasta ahora, los miembros de la Mesa de las Corts juraban o prometían su cargo ante la Constitución, la Biblia y el Estatuto de Autonomía. Ayer, por deseo del nuevo responsable de la Cámara, había además un crucifijo, que presidió toda la sesión constitutiva. Ante las críticas de la izquierda, el exconseller lo justificó después afirmando tajante: "Soy creyente".

El síndic de Compromís, Enric Morera, confesó que se habían sentido "muy incómodos" porque "los símbolos religiosos no deben de estar en las instituciones". Morera, como cristiano confeso, indicó que "respeta" el símbolo aunque las Corts "no es el lugar" para colocar una cruz. La síndica de EU, Marga Sanz, desde el "respeto" a las personas creyentes, consideró que el crucifijo, en "un Estado aconfesional", tiene que "desaparecer de la Mesa de las Corts por respeto a los valencianos, a nuestra Constitución y nuestro Estatuto".

El líder del PSPV, Jorge Alarte, se mostró, en cambio, más prudente y expresó su deseo de ser "profundamente respetuoso con todas las opciones personales" y "afortunadamente, el Estado de Derecho y el Estatuto garantizan la capacidad de cada uno de jurar, prometer o expresarse en base a sus ideas". Como "amante de la libertad, el pluralismo y la diversidad", sobre esas opciones mostró su "respeto". Sin embargo, diputados del PSPV no ocultaron su sorpresa. La portavoz adjunta Carmen Ninet tomó una fotografía de la cruz desde su escaño y la colgó en Facebook.

El síndic del PP, Rafael Blasco, indicó que la presencia del crucifijo fue algo "puntual" que "hay que respetar" porque "esto forma parte del pluralismo en el que tenemos que estar acostumbrándonos, a entenderlo como un signo de normalidad". "No sé si es algo que en el futuro se va a poder mantener o responde a algo exclusivamente a una decisión de una persona que con todo su derecho podía hacer", indicó. Los populares defendieron que en la toma de posesión de los ministros hay crucifijos y que el reglamento lo avala, dando a entender que la cruz no estará en las sesiones. Sin embargo, éste sólo alude a la posibilidad de jurar con la mano sobre un Evangelio abierto.

"Por imperativo legal", como HB

La sesión arrancó a las 10.30 horas. En la Mesa se sentaban el diputado de Compromís Fran Ferri, de 26 años, el parlamentario más joven y dirigente de la federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales; la diputada de EU Esther López, de 27 años, cofundadora de la Asociación Guerra, Exilio y Memoria Histórica-PV, con una camiseta en defensa de la República; y el popular Rafael Maluenda, el de más edad, presidiendo. Y delante de los tres, el crucifijo.

Acto seguido, se procedió al juramento o promesa de los diputados, empezando por la Mesa. López -al igual que hizo después el resto de representantes de EU después- cambió la fórmula oficial para añadir, a la promesa de cumplir la Constitución y el Estatuto, la de que trabajará "por la clase trabajadora, por la ética y el valenciano". Tras López, Ferri prometió "por imperativo legal" -la fórmula que emplearon en su día los parlamentarios de HB para acceder a los escaños- acatar la Constitución y el Estatut, y para "trabajar por el valenciano".

Maluenda les recriminó que se salieran de la fórmula reglamentaria. Morera también prometió "por el valenciano y la dignidad del pueblo valenciano". Todos los diputados socialistas lucían en la solapa una chapa en defensa del valenciano en la escuela.

Maluenda reivindica el 5 %

En su largo discurso como presidente de edad, Maluenda comenzó felicitando "al presidente del PP y al PP" por haber ganado las elecciones y logrado "el mejor resultado en toda la historia de las Corts". Luego incluso aprovechó para defender la barrera electoral del 5 % con el argumento de que han entrado cuatro grupos.

No fue la única incidencia. Cotino, quien fue elegido con los 55 votos del PP -mientras el PSPV lo hizo en blanco y EU a su diputado Lluís Torró-, recibió 6 sufragios nulos de los parlamentarios de Compromís, que escribieron en sus papeletas "democracia, decencia y transparencia". Lo mismo sucedió en las votaciones para las vicepresidencias de la Mesa, el popular Alejandro Font de Mora y el socialista Ángel Luna, y las secretarías, Angélica Such (PP) y Carmen Martínez (PSPV).

La petición de López de ver los votos nulos molestó a Maluenda, quien se los mostró con un gesto despreciativo. Excepto la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que se acercó a saludar a Alarte, no hubo acercamientos entre el PP y el PSPV. Alarte y Camps ni se saluaron.

Compromís y EU se unieron al 15-M

Parlamentarios de Compromís y de EU se sumergieron ayer de lleno en la protesta del 15-M. No sólo Juan Ponce, quien resultó lesionado, se unió a los indignados. Al llegar a las Corts, el síndic de Compromís, Enric Morera, ofreció toda la ayuda al joven al que la policía multó por desorden público, sino que otros diputados, como Mònica Oltra, llegó incluso a ponerse detrás de la valla y frente a la policía para corear "Corrupto el que no bote".

Previamente, intentó ofrecer sus servicios como abogada a los cuatro detenidos, pero las fuerzas de orden público no le permitieron acceder a ellos. Quien sí representó a la primera detenida, y puesta en libertad horas después, fue el exdiputado socialista Manuel Mata. También dirigentes de EU, como Marga Sanz o Glòria Marcos, estuvieron arropando a los indignados.