El alcalde de la Vall d'Alba y vicepresidente primero de la diputación, Francisco Martínez, vuelve a engordar su patrimonio gracias de nuevo a la generosidad de un conciudadano. En esta ocasión, una vecina de la localidad, fallecida en enero, le ha dejado en herencia una veintena de fincas con una extensión de casi medio millón de metros cuadrados, además de una masía de unos 200 años. El PSPV ironiza sobre la "suerte" de Martínez, "que hereda cada vez que se muere alguien del pueblo".

La revista Interviú recoge en su última edición el caso de Teresa Martínez Miravet, "la tía Teresita", una rica propietaria de la Vall d'Alba que nombró en su testamento como único heredero al alcalde, Francisco Martínez, con quien hay dudas de que tuviera algún parentesco pese al apellido común. Según la publicación, el legado incluye 18 fincas, una masía de 700 metros cuadrados, una parcela frente a la Nueva Fe de Valencia y otra en la ciudad de Castelló. La fallecida era viuda y no tenía hijos, pero sí una decena de primos y sobrinos que no se han beneficiado del reparto. La revista cita fuentes del entorno familiar de Teresa Martínez que alegan que no pudieron ir a visitarla al hospital porque estaba custodiada por personas de la confianza del alcalde.

No es la primera vez que Francisco Martínez se beneficia de la generosidad de sus conciudadanos. Como ya recogió este diario, el alcalde de la Vall d'Alba registró hace unos años una docena de fincas como donaciones hechas por particulares. En la actualidad es uno de los políticos más ricos de la provincia. En su última declaración de bienes en la diputación dijo poseer un activo de 1.546.201 euros (de los que 1.100.200 euros corresponden a bienes inmuebles), frente a un pasivo de 456.253 euros e ingresos por actividades de 86.911 euros. Sólo le superó el presidente Carlos Fabra, que declaró bienes por 3,9 millones.

El portavoz del PSPV en el ayuntamiento de la Vall d'Alba, Fernando Grande, ironizó sobre la fortuna de algunos políticos del PP. "A unos les toca la lotería -en alusión a Fabra- y otros tienen la suerte de heredar muchas veces", manifestó. Según Grande, "el alcalde siempre justifica que es una persona muy querida en el pueblo y que por eso hereda". "Yo veo normal que una persona que no tiene familiares de segundo grado legue su patrimonio al municipio. No veo tan normal que se lo dé al alcalde como si él fuera el municipio", añade.

Martínez lleva veinte años al frente del ayuntamiento y ha conseguido una nueva mayoría absoluta en las últimas elecciones. Su gestión ha estado salpicada de polémicas, como la denuncia de empadronamientos masivos en la antesala de las municipales de 2007. El alcalde de la Vall d'Alba ha forjado su carrera política bajo el manto protector de Carlos Fabra.

"Hay que respetar las últimas voluntades"

En declaraciones a este diario, Francisco Martínez diferenció entre el ámbito personal e institucional para referirse al legado. En su condición de alcalde, destacó que el ayuntamiento "se ha beneficiado de las donaciones -en vida-de una persona muy generosa". "Cedió los terrenos para la construcción de una iglesia en la Pelejana y para unas viviendas tuteladas que llevan su nombre. También hizo una cesión de suelo para los viales y accesos a la residencia y a la iglesia y para un parque infantil. Como alcalde sólo puedo tener palabras de agradecimiento", proclamó. Como particular, sostuvo: "No tengo nada que decir. Es un tema personal y familiar y hay que respetar las últimas voluntades de una persona a través de un testamento, como dice la ley".