"Soy licenciada en Filología catalana y Filología hispánica. Estimo las dos lenguas, pero esto es un genocidio cultural. El problema es que tenemos un pueblo anestesiado y corremos el riesgo de desaparecer como pueblo valenciano. Seremos valencianos hablando en castellano. Es digno, pero no es nuestra lengua." La reflexión, improvisada de paseo por la calle San Vicente, viene de una de las integrantes de la marea ciudadana que, por segunda vez en menos de diez días, ocupó ayer la plaza de la Mare de Déu para defender la línea en valenciano, criticar los recortes en la enseñanza pública y oponerse al decreto de trilingüismo impulsado por el conseller Font de Mora.

La respuesta a la manifestación convocada por la Plataforma per l'Ensenyament Públic, que se desarrolló en un ambiente festivo entre la Plaza San Agustín y la de la Virgen, fue masiva. La organización la llegó a cifrar en 50.000 personas, aunque fuentes policiales estimaban en en torno a 5.000 los asistentes. Entre ellos, cientos de profesores y muchísimas familias.

Como la de María Gil, de Vila-real, que acudió junto a su padre y sus hijas. Tres generaciones. "Pretenden dar una imagen moderna con este decreto, pero subliminalmente se cargarán el valenciano", opinaba. De igual forma se expresaba Pere Cano, del IES Escultor En Francesc Badia, de Foios: "Esto es un subterfugio para eliminar en valenciano. La introducción del inglés es un engaño. No hay recursos para profesores. Ya pasó con Educación para la Ciudadanía y sólo era una asignatura".

Rosa, profesora de La Valldigna, reivindicaba los "mejores resultados" logrados "desde siempre" por los alumnos de la línea en valenciano: "No se puede imponer un decreto sin consenso. Se ve lo que pretenden: cargarse el valenciano. No estiman la lengua propia y quieren rematarla", apuntaba.

Junto a los miles de ciudadanos anónimos, la cabecera de la marcha contó ayer con la presencia de toda la oposición política, con Jorge Alarte (PSPV), Enric Morera (Compromís) o Ignacio Blanco (EU). También de entidades culturales, como Eliseu Climent, de Acció Cultural, así como los sindicatos docentes y mayoritarios.

En el manifiesto final, la portavoz de la Plataforma per l'Ensenyament Públic, Maria Josep Navarro, emplazó a "plantar cara a esta conselleria empeñada en devaluar la educación valenciana". "La última ocurrencia de Font de Mora", denunció, "un plan de falso plurilingüismo, que supone un ataque al consenso que simboliza el diseño de las líneas en valenciano". La plataforma vaticinó un escenario de fusiones de grupos de valenciano y castellano, incremento de los ratios de alumnos por profesor en todas las etapas, desaparición de los profesores de compensatoria y más barracones.

Eso fue a las ocho de las tarde frente a la catedral. Al inicio de la marcha en la plaza San Agustín, dos horas antes, Jorge Alarte pidió "respeto al consenso estatutario y a la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano". Reclamó a Camps que paralice la aprobación del decreto por el que se modifica la enseñanza del valenciano y exigió al Consell que apruebe un nuevo mapa escolar, que "ponga fin a los recortes". Desde EU, el diputado Ignacio Blanco se mostró "convencido" de detener las "agresiones a la enseñanza pública".

"Consigna del PP a nivel nacional"

También se mostró muy crítico Vicent Moreno, presidente de Escola Valenciana. "El problema del trilingüismo es que las tres lenguas no parten de la misma base, y no hace falta decir en qué nivel se encuentra el valenciano, que está por los suelos. Es lengua oficial pero virtual, porque no está". Existe "una consigna en el PP a nivel nacional para recortar las lenguas minoritarias", llegó a decir.

"La enseñanza en valenciano está viva y da resultados. Los niños de la línea dominan con buen nivel las tres lenguas. El Consell no escucha a los expertos en lenguaje y educación y si se lleva adelante el nuevo plan habrá más movilizaciones. Nosotros apostamos por el diálogo", añadió.