Decenas de miles de personas, unas 80.000 según los organizadores, abarrotaron ayer las calles de Valencia para respaldar la manifestación convocada por el movimiento 15-M y apoyada por Democracia Real Ya, que clamaba contra la corrupción política, los recortes sociales, la reforma laboral, y la llamada 'ley mordaza'. También defendían la modificación del artículo 87.3 de la Constitución, para potenciar la iniciativa legislativa popular y se mostraron contrarios al Pacto del Euro.

Respecto a este último punto, los convocantes señalaban que, con la aprobación del Pacto del Euro, los gobiernos "hacen suya una política engañosa para beneficiar a las grandes corporaciones financieras y no defender a la ciudadanía", legislando "a las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco Mundial".

La capital del Turia se unió así a decenas de movilizaciones convocadas en toda España y otras ciudades del mundo. La de ayer era la prueba de fuego para saber si el movimiento gozaba tras las elecciones municipales, momento en el que alcanzó su clímax, de un respaldo mayor o por contra se diluía.

En Alicante se dieron cita más de 15.000 personas según los convocantes y entre 10.000 y 12.000, según la Policía. En Castelló, la organización hablaba de unos 6.000 manifestantes, mientras que el cuerpo de seguridad los cifraba en unos 3.500. Lo que empezó como una crítica respaldada por un pequeño grupo de personas hace un mes en la plaza del Ayuntamiento de Valencia se convirtió ayer en una de las macromanifestaciones más concurridas de los últimos años en la ciudad.

Un marcha lenta

A las 18.45, la cabecera de la marcha salía de la misma plaza, y tenía por recorrido la calle Xàtiva, Guillem de Castro, pasando ante las torres de Quart, Conde Trénor, Pintor López, Puerta de la Mar, hasta la Delegación del Gobierno, en la calle Colón.

Pasada una hora y media, la cola de la marea humana empezaba a moverse. Mientras la primera pancarta, en la que se podía leer "El futuro es nuestro", rebasaba las torres de Quart, quienes cerraban la marcha empezaban a abandonar la plaza del Ayuntamiento.

Los manifestantes acudieron de todos los puntos de la provincia y de todos los barrios de la ciudad. Se podían ver pancartas y camisetas que identificaban a las asambleas llegadas de otros puntos, con parada final en el cap y casal. Muchas de estas pequeñas marchas ya venían en forma de comitiva hasta el epicentro de la movilización.

Ambiente festivo y pacífico

Entre el público, el perfil de los "indignados" era variopinto. Desde jubilados y jóvenes "antisistema" hasta madres con sus niños en carritos. La marcha transcurrió en un ambiente festivo y pacífico animado por las bandas de música, timbales y bailarines. Las insignias y cánticos políticos fueron puntuales y poco seguidos por la masa.

Los cánticos más coreados eran los ya habituales de "el president a Picassent", "no hay para tanto chorizo" y "el pueblo unido jamás será vencido". También se pudo ver a un grupo de personas sin ro?pa y con pañales que llevaban escrito en el cuerpo "nos han dejado en pañales" y pancartas que proclamaban "podéis encarcelar a un revolucionario, pero no una revolución", o "Stop banquerocracia".

Otras de las pancartas decían "os gusta cuando voto porque estoy como ausente", en referencia al famoso poema del literato chileno Pablo Neruda, y algunos incluso pidieron a voz viva la convocatoria de una nueva huelga general. Cuando la manifestación alcanzaba la mitad de Guillem de Castro por la megafonía de la cabecera se informó a los manifestantes que en la Plaza del Ayuntamiento todavía la cola no había dado ni un sólo paso. En ese momento se empezó a escuchar el grito unánime de "luego diréis que somos cinco o seis".

Sentadas durante el recorrido

Uno de los momentos más destacados de la marcha tuvo lugar cuando la larguísima comitiva llegó a la altura de la calle Muro de Santa Ana.

Allí se pidió una sentada de varios minutos y una pitada para criticar la carga policial sucedida el 9 de junio frente a las Corts Valencianas, que supuso la detención de varios participantes en una concentración y la posterior marcha espontánea hasta la comisaría de Zapadores.

Finalmente los manifestantes llegaron frente a la Delegación del Gobierno, donde de nuevo se sentaron simbólicamente y se leyó un manifiesto que reúne todas las reivindicaciones que el movimiento ha ido proclamando durante las última semanas.

Al filo de las 22 horas la masa de gente se movilizó hasta el punto de inicio, la plaza del Ayuntamiento. Allí se realizó una acción simbólica respaldada por los manifestantes que consistió en rodear el edificio sede del gobierno municipal con una larga cinta en la que se había escrito poemas de diversos autores reconocidos y anónimos.