Algunos, aunque no lo pueden decir, ya lo saben: formarán parte del futuro Consell que gobernará la Comunitat Valenciana los próximos años. El resto recibirá la llamada a lo largo del día, poco antes de que el president de la Generalitat haga oficial el listado de consellers y consellerias que estructurarán el gobierno valenciano.

Tienen su puesto asegurado salvo sorpresa mayúscula Vicente Rambla y Paula Sánchez de León. Las quinielas además apuntan que ambos serán vicepresidentes. Rambla continuará siendo el hombre fuerte de Francisco Camps en el Consell y llevará la macro consellería de Economía e Industria.

Por su parte, Sánchez de León podría seguir como hasta ahora de portavoz y consellera de Justicia o pasa a encabezar la nueva conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas; aunque lo que es seguro es que tendrá un lugar destacado en el nuevo ejecutivo.

Manuel Cervera, titular de Sanidad, y Serafín Castellanos, actualmente en Gobernación, también tienen casi asegurada la cartera.

Las caras nuevas que se perfilan como miembros del futuro gobierno valenciano son José Ciscar y Antonio Clemente. Ambos son ya hombres del presidente. José Ciscar podría ocupar la cartera de Infraestructuras y Territorio, aunque también se baraja que se quede al frente de Agricultura y Agua, actualmente en manos de Maritina Hernández. Su victoria en clave interna en la provincia de Alicante, donde el 'campsismo' ha terminado de apartar a Jose Joaquín Ripoll le ha hecho ganar muchos enteros en la calle Quart.

Entre los descartes más sonados podría estar el de Gerardo Camps. Lleva ocho años de escudero del presidente al frente de Economía, pero su falta de entendimiento con Rambla junto al desgaste de la crisis económica y las críticas recibidas desde el sector empresarial, podrían dejarle fuera del ejecutivo que Francisco Camps anunciará esta tarde.

Otro de los consellers que podría quedarse sin cartera es Rafael Blasco que, aunque ha sonado como futuro conseller de Educación y Empleo, todo apunta a que se quedará como azote de la oposición en las Corts en tanto que portavoz de su grupo parlamentario. Sería el cuarto conseller recolocado en la cámara, después de Juan Cotino, Alejandro Font de Mora y Angélica Such, todos ellos nombrados recientemente miembros de la Mesa de las Corts.

Se tratará de un Ejecutivo austero

Francisco Camps ha prometido aligerar en un 15% el gasto corriente a golpe de reducir conselleries, altos cargos y asesores, a fin de ahorrar hasta 1.150 millones al año. Para ello, las actuales trece carteras se reducirán y no pasarán de diez (un límite que marcaba el Estatut y que fue eliminado con la reforma de la carta estatutaria).

Pocos cambios en ocho años

Francisco Camps se ha caracterizado por cambiar pocas piezas en sus equipos de gobierno a lo largo de estos años. Reformó su primer Consell sólo en dos ocasiones entre 2003 y 2007. En agosto de 2004 para incorporar a tres consellers, crear una vicepresidencia y cambiar de cartera a la mitad de su gobierno; y de nuevo en mayo de 2006,

aunque sólo para redistribuir competencias entre los miembros de su equipo.

Por su parte, en la pasada legislatura fueron otras dos las reestructuraciones, que vinieron forzadas por situaciones ajenas en principio a su voluntad. El presidente inició su segunda legislatura con un gabinete formado por catorce consellers (diez hombres y cuatro mujeres), gracias a la eliminación en el nuevo Estatut del límite en el número de consellerias, fijado hasta entonces en diez.

La marcha del conseller de Justicia y Administraciones Públicas, Fernando de Rosa, al Consejo General del Poder Judicial, en septiembre de 2008, obligó a Camps a introducir los primeros cambios en el Ejecutivo que había nombrado hacía apenas quince meses. Fue así como la hasta entonces secretaria autonómica de Cohesión Territorial, Paula Sánchez de León, entró en el Gobierno para convertirse en una de las personas de confianza del presidente -y futura presidenta según muchos-.

El 28 de agosto de 2009, Francisco Camps remodeló el Consell por segunda vez, sin cambiar en esta ocasión ninguna cara, después del fallecimiento del conseller José Ramón García Antón. Aunque Camps atribuyó en aquella ocasión los cambios a "circunstancias extraordinarias", aprovechó para reestructurar el Consell y convertir

a Vicente Rambla en el hombre fuerte del Ejecutivo que asumía, además de la coordinación de todo el Gobierno, la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación. Pasó a ser, en palabras de Camps, el "coordinador de todas las políticas de creación de empleo" de la Generalitat, dejando un tanto escorado al vicepresidente segundo y

conseller de Economía, Gerardo Camps.

Con aquella importante reestructuración Camps redujo las consellerías de 14 a 13, amortizando la de Presidencia, al igual que se espera que haga en esta ocasión con tantas otras. Aquel ejecutivo de 2009 ya estaba manchado por el caso Gürtel, que en aquel momento había sido desestimado en primera instancia por el TSJ valenciano, pero al que aún le quedaba un largo viacrucis judicial por delante.