La Guardia Civil está investigando, a raíz de la denuncia de la discoteca de la Pobla de Vallbona donde el pasado viernes se vivió un colapso, el caso de la venta de más de 2.000 entradas falsas. Según el dueño del local, tienen localizadas a varias personas que podrían haber realizado la venta ilegal que provocó un tumulto de más de 5.000 jóvenes a las puertas de la terraza.

El propietario recuerda que, tal como publicó Levante-EMV, al detectar los tiques falsos advirtió a través de varios canales esta práctica y que gracias a que avisaron a la Policía Local de que el evento se había desbordado. "No pasó nada para lo que podía haber pasado", afirma.

Al tratarse de una fiesta de graduación la ESO desde la discoteca advierten de que en ningún momento se dejó pasar a menores de 16 años y que, por ese motivo, se formó una acumulación en los accesos. En este sentido, apuntan que los padres que dejaron subir al autobús a sus hijos sin haber cumplido la edad permitida tienen la responsabilidad ya que el local advirtió de que no pasarían e incluso, recuerdan, pusieron a su disposición un teléfono para la devolución de entradas adquiridas.

En cuanto a los 50 heridos leves que contabilizó este periódico a través de varias llamadas recibidas el propietario señala que no sucedieron dentro del local y que no existe un parte de la policía que especifique el número de víctimas.