La Sociedad Europea de Hipertensión que preside el doctor Josep Redón (Cabanyal, 1950), es una amalgama de especialistas: internistas, nefrólogos, cardiólogos... Tras formar parte de la Junta directiva desde hace seis años, el jefe de servicio de Medicina Interna y director del Instituto de Investigación del hospital Clínico de Valencia se ha convertido en el primer valenciano y en el segundo español (dr. Rodicio, de Madrid, lo fue en 2001) que preside la institución. Fue elegido en la reunión de Milán a la que asistieron 6.400 médicos.

¿El único tratamiento es la pastilla diaria?

Aún está en mantillas pero se está probando la terapia inmunológica, las vacunas, la terapia génica, se están haciendo estudios piloto y parece que puede ir adelante.

¿Pero llegará a haber una vacuna contra la hipertensión?

Es posible, aunque yo no creo que sea antes de quince años. Hay pruebas de que ha sido eficaz por lo menos durante un año y con una dosis de recuerdo, se prolongaría el efecto, pero hay que ver.

¿Y qué se inocularía?

Se trabaja en una sustancia para hacer una anticuerpo contra ella y que bloquease otra que se llama angiotensinógeno, que es lo que hacen que los vasos se cierren más y que el corazón empuje más.

¿Vamos a una sociedad cada vez más hipertensa?

Si, porque vamos a una sociedad cada vez con mayor obesidad, más sedentaria y más envejecida.

¿Cual es la población del mundo menos hipertensa: los japoneses, los esquimales...?

Son los esquimales y alguna islas en las cuales el consumo de sodio era bajísimo pero los japoneses ahora están como nosotros. Cuando la cultura es más primitiva la prevalencia es menor por la dieta, el problema está que con los países en vías de desarrollo las tasas de hipertensión y las complicaciones cardiovasculares suben a una velocidad increíble por los impactos dietéticos y ambientales. Y hay una tendencia a concentrarse en grandes urbes. El este de Europa está en una situación realmente mala y con una tendencia a subir, las antiguas repúblicas soviéticas, Rumania, Hungría y Polonia están realmente mal.

¿Qué es la tensión arterial?

Lo que mide es la fuerza con que la sangre circula por las arterias. Esta fuerza tiene unos valores normales y unas fluctuaciones muy importantes, porque no depende solo de los cambios en la frecuencia cardíaca o de que los vasos estén más o menos cerrados, sino de estímulos externos como, por ejemplo, correr para coger el autobus que eleva la tensión arterial porque el cuerpo necesita más sangre. La variación más fisiológica, que es el dormir, también lo refleja. De día es más alta que al acostarnos.

¿Qué es una tensión normal?

Hoy por hoy es un máximo de 14 o 140 mm. de mercurio que mide la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos. 140 de máxima, que es la sistólica, y 90 de diastólica, que es la mínima. Estos valores son lo que rigen cuando se mide en la consulta del médico, pero cuando un paciente la toma en su casa, los valores son 135 y 85.

¿Por qué aparece la hipertensión?

En 90 de cada cien hipertensos no sabemos qué es lo que pasa. En el 10 % si que hay algunas enfermedades del riñón, de las arterias, enfermedades endocrinas o de la toma de fármacos que pueden elevar la presión, pero en este 90 % no sabemos lo que hay.

¿Y el componente genético?

Hay familias en las que hay mucho hipertenso, y también está el componente ambiental que es la dieta y el estilo de vida. Tenemos gente con mucha carga genética que con poca alteración ambiental es hipertensa, que suelen ser más jóvenes, y tenemos lo contrario: con poca carga genética pero con otras alteraciones, como vida sedentaria, tomar ingesta con sal, alcohol, que desarrollan hipertensión. Hay otro elemento que es que conforme los vasos reciben los golpes y a mayor presión, las cañerías se deterioran antes, se hacen más rígidas y esto hace que aumente más la presión arterial máxima.

¿A qué se enfrenta un hipertenso que no se cuida?

Está demostrado que bajar la tensión arterial es beneficioso porque va a reducir el riesgo de tener una trombosis cerebral, un infarto, una angina de pecho, un deterioro de la función de los riñones o una lesión directa de las arterias y que se pueda romperse o hacer un aneurisma. Y esa es la razón de porqué es tan importante cuidarse.

Es como tener una guillotina invisible

Además, la hipertensión favorece el deterioro cognitivo y hace sinergia con el Alzhéimer.