El flamante y nuevo hospital La Fe de Valencia clausurará este verano unas diez salas de hospitalización por vacaciones del personal sanitario y de los propios pacientes que en julio, agosto y septiembre prefieren tumbarse bajo una sombrilla en la playa que en la cama de un hospital, por muy individual y cómoda que sea la habitación.

A esta circunstancia se suma una dura realidad laboral que anualmente denuncian los sindicatos que es la baja cobertura de las sustituciones y la reducción del número de intervenciones programadas.

El plan de vacaciones de verano de la Conselleria de Sanidad contempla este año el cierre del 16% de las camas del hospital La Fe, que vienen a ser unas 160, si se parte de las mil de las que dispone el centro, como han anunciado reiteradamente los gestores.

Fuentes del departamento que dirige Luis Rosado indicaron que este verano se inhabilitará un número de plazas hospitalarias similar a las de los últimos diez años, aunque el año pasado la llegada de las vacaciones llevó aparejado el cierre de una de cada cinco camas hospitalarias de la Comunitat Valenciana.

El cierre de plantas obligará a agrupar a pacientes de diferentes patologías en la misma sala, como ha ocurrido otros veranos, con la consiguiente crítica sindical. Este año la decisión se defenderá bajo el pretexto del ahorro energético (luz y agua).

Otros centros hospitalarios como el hospital Doctor Peset clausurará este año el 12% de sus camas, unas 65 de un total de 540, mientras que en el hospital Clínico la dirección ha ordenado dejar fuera de servicio durante estos meses de vacaciones un 18% de plazas hospitalaria que vendrán a ser un centenar.

El cierre de camas se adopta en todos los hospitales tanto de la red pública como los de concesión administrativa. De hecho, la tendencia en el hospital de la Ribera es clausurar el 10 % de la plazas hospitalarias para realizar reformas en las salas, pintar o hacer reparaciones puntuales y trabajos de mantenimiento.