Los grupos parlamentarios de las Corts hicieron público ayer el acuerdo conjunto para renovar seis organismos de la Generalitat en el pleno del próximo día 14, en el que destaca la presencia de ex responsables políticos descolgados de las listas electorales o de cargos públicos, en detrimento de profesionales y especialistas. Es el caso del Consell Valencià de Cultura, el máximo organismo consultivo en materia cultural. Nunca el CVC había tenido, no sólo un perfil tan político, sino sobre todo un retrato tan marcadamente próximo a la política en sí. Y eso que la ley de creación de la institución afirma que el organismo «estará integrado por miembros elegidos de entre las personas de relevante prestigio o reconocidos méritos intelectuales dentro del ámbito cultural valenciano» a propuesta de los grupos. Pues bien, diez de los veintiún miembros con que contará en el futuro han transitado antes o después por la política o son cargos públicos. Entre ellos figuran muchos de los miembros entrantes.

En esta situación se encuentran los exdiputados o exconcejales Jesús Huguet, Ana Noguera, Josefa Frau, Josep Martí, Glòria Marcos, Vicente González Móstoles o los cargos y ex cargos institucionales Vicente Farnós, Ricardo Bellveser o Manuel Ángel Conejero. Muchos de ellos suplen a los consejeros salientes y que, curiosamente, sí reunían el perfil que marca la ley del CVC, ya que en su mayoría proviene del mundo universitario, son profesionales liberales o vinculados al mundo cultural y tenía el CVC como complemento.

Esos son los casos de los catedráticos y profesores Ramón Lapiedra, Isabel Morant, Rosa María Rodríguez Magda—también con cargo público— José María Morera, Carmen Morenilla, Vicent Álvarez, Manuel Sanchis-Guarner Cabanilles, Isabel Ríos o los fallecidos Primo Yúfera y Ferrando Badía.

El CVC se convierte así en agencia de colocación que le hace no sólo perder cierta credibilidad sino independencia. De la actual renovación, siete son políticos, recolocados por sus partidos en el CVC tras quedar descolgados de las Corts o algún ayuntamiento. Los 21 miembros estaban fuera del plazo de elección, ya que todos ellos habían cumplido el máximo de años, seis. El organismo renueva cada tres años la mitad de sus integrantes. Sin embargo, el bloqueo PP-PSPV impidió hasta el 22-M la sustitución.

Las once novedades en el CVC son, del PP, el exportavoz Quirós, Farnós (gerente de Castelló Cultural y cuota de Fabra), el periodista Francisco Pérez Puche y el arquitecto José María Lozano. Siguen Grisolía, Conejero, Vicente Ferrero Enrique García Asensio, Elena Negueroles, Luis Prades y Ramón de Soto. El PSPV mantiene a Huguet y Vicente Muñoz Puelles y entrarán las ex diputadas Noguera y Frau, el ex concejal del Ayuntamiento de Valencia González Móstoles y el vicesecretario de la ejecutiva del PSPV de Castelló, Josep Martí. Completarán el organismo el catedrático Francisco Moreno (consensuado entre PSPV y EU); la ex coordinadora de EU Glòria Marcos, y el escritor Joan Francesc Mira, a propuesta de Compromís.

Blasco coloca a Grimalt

Bellveser —director del del Instituto Alfons el Magnànim de la Diputación de Valencia—, que renueva en el CVC, renunció al puesto que tenía en la Acadèmia de la Llengua alegando motivos de trabajo y personales. De los dos, el CVC era el organismo en el que no cobraba, ya que donó las dietas a una ONG. Su plaza en la AVL permite al PP hacer un hueco al sociólogo Eduard Mira, mientras el rector del Colegio Corpus Christi, «El Patriarca», Miguel Navarro cubre la vacante por fallecimiento del teólogo Ramón Arnau.

En el Consejo de Universidades estarán, por el PP, Javier Orduña, Arazazu Calzada y Pedro Grimalt —ex director general de Urbanismo en la etapa del portavoz del PP, Rafael Blasco, como conseller de Territorio—, y por el PSPV, el exacalde de Castelló Daniel Gozalbo y el ex secretario socialista en Alicante Gaspar Hernández.