El conseller de Sanidad, Luis Rosado, asegura que, ante la actual situación económica, "hay que atreverse a hacer cambios" en la gestión sanitaria, y apuesta por abandonar el modelo burocrático" para aplicar un funcionamiento empresarial.

Rosado ve necesario conseguir que los profesionales sanitarios "estén más o menos profesionalizados, tengan unos niveles de control de eficiencia sobre lo que realizan y puedan ser evaluados y promocionados por su valía". "Queremos que quien lo haga bien pueda ser promocionado y el que lo haga de forma irregular, pierda alguna prerrogativa", asegura Rosado.

Aunque le gustaría conservar "todo lo que se ha hecho bien", también considera que esta legislatura "no va a ser igual a la anterior": ahora, a su juicio, "nos toca seguir creciendo con menos recursos".Para Rosado, estas medidas de gestión se pueden centrar en la compra de productos farmacéuticos o en la disminución de la variabilidad de la práctica clínica, lo que significa ofertar el mejor tratamiento pero con el menor coste y utilizar las pruebas más adecuadas en cada momento.

Respecto al copago sanitario, dice que no sería una "solución radical a los problemas económicos" actuales y tampoco el "mejor método para evitar las asistencias innecesarias por parte de la sanidad". "Hay muchísimas medidas antes que utilizar el copago y volcar la responsabilidad económica encima del ciudadano", añade.

Asimismo, uno de los retos a los que tiene que enfrentarse el nuevo conseller es a pagar las deudas que la Administración mantiene con los proveedores sanitarios, quienes han amenazado con desabastecer los hospitales si la Generalitat no les abona la deuda. "Los proveedores a los que se debe alguna cantidad económica van a cobrar", afirma para añadir que la relación actual con ellos "tiene que cambiar". "No podemos mantener un modelo -reivindica- donde el proveedor vaya por una parte y el comprador por otra, sin relacionarse nada más que a la hora de pagar".

Material almacenado suficiente

En este sentido, apuesta por establecer "nuevas relaciones para definir qué es lo que queremos comprar y lo que no" ya que, según indica, "hay dos formas de vender: inundando el mercado de productos o vendiendo solo lo que se va a poder comprar". Respecto a la amenaza de desabastecimiento asegura que no pasará porque la mayoría de ellos se compran al principio del ejercicio y hay material almacenado suficiente, y porque no conoce "ninguna empresa que haya decidido que cortará el suministro". Aunque las negociaciones con los proveedores se mantienen, todas las empresas "tienen un compromiso de pago", dice Rosado, para quien la situación "no es tan dramática".