En tiempos de recortes de gastos suntuarios y de despojar a los políticos de sus privilegios, surgió recientemente en el Ayuntamiento de Valencia el recurrente debate de si los concejales tenían que seguir circulando en coche oficial, con escoltas, que, en realidad, ejercían o ejercen de chóferes la mayoría de las veces. En las Corts es posible que haya nacido otro debate, de distinta naturaleza, sobre los escoltas. No se plantea su existencia, al lado de los políticos y cargos públicos que acuden como diputados y consellers o de visita, sino que entren armados.

El responsable de comunicación de Compromís criticó ayer la presencia de escoltas armados en la Cámara autonómica, cuando ésta ya dispone de servicios propios de seguridad. "Los pasillos de las Corts están llenos de pistoleros, no veo correcto que entren escoltas armados, ya tenemos seguridad en la puerta", deslizó ayer en facebook este representante de Compromís.

Efectivamente, los agentes de seguridad que acompañan a algunos cargos públicos circulan por las Corts con su arma reglamen?taria. Sólo tienen restringido el acceso, salvo que vayan desarmados, en la parte del edificio que da directamente al hemiciclo y a las salas en las que se celebran las comisiones parlamentarias. Según fuentes conocedoras del funcionamiento de la seguridad de las Corts, en esa zona la protección de sus señorías e invitados queda a cargo del personal que custodia la Cámara autonómica.

La seguridad de los cargos de la Generalitat y de los partidos está a cargo de miembros de la policía autonómica, mientras que los concejales de Valencia tienen co?mo escoltas a policías locales.

La polémica en torno a si los guardaespaldas de los políticos pueden o no entrar a la institución de turno armados se suscitó recientemente en la localidad guipuzcoana de Andoain, cuando su alcaldesa, Ana Carrere, de Bildu, prohibió la entrada al ayuntamien?to de los escoltas con el argumento de que su presencia no trasladaba una imagen de normalidad. El portavoz del PSE, Estanis Amutxastegi, replicó que precisamente la situación de País Vasco es la de un clima político no normalizado y, por tanto, defendió que su escolta tenía que acceder a las instalaciones del consistorio. La normalización política y social "se dará cuando los que tienen en este momento las armas las dejen", dijo el representante socialista en alusión a la banda terrorista ETA.