Está al frente de una conselleria de mucho peso, más en los tiempos de crisis que corren. ¿Cuáles serán sus prioridades?

Estarán en consonancia con la filosofía y la denominación de la nueva conselleria, que además de Educación aglutina Formación y Empleo. Y es que lo que pretendo es que el sistema educativo se oriente hacia el empleo. No quiero que cuando los estudiantes acaben sus ciclos formativos o su educación tengan que ir, como desgraciadamente está ocurriendo, a las oficinas del INEM. Tienen que salir capacitados y orientados a un trabajo.

¿Cómo piensa conseguirlo?

Implementando habilidades en el sistema educativo para que sepan lo que es tomar decisiones, el espíritu de sacrificio y el espíritu emprendedor. Dentro de la Formación Profesional lo que hay que hacer es orientarla hacia el empleo para cubrir con ella las demandas reales.

Los sindicatos han denunciado los recortes de profesores en Formación Profesional y sostienen que la oferta es insuficiente. Si la intención de su conselleria es potenciar estos ciclos, ¿no lo ve contradictorio?

No hablamos de quitar profesores, habrá los que corresponda. Lo que ocurre es que los alumnos se han dado cuenta de que no tienen por qué pasar necesariamente por una carrera y de que para terminar sus estudios obligatorios e irse al paro es preferible la Formación Profesional. Eso ha generado que nos encontremos totalmente desbordados. Como mínimo, vamos a tener los mismos grupos que el año pasado. Plazas hay, pero todos no pueden entrar en un mismo ciclo. Tenemos que redistribuir entre lo que tenemos. Una de las grandes reformas que tenemos que acometer es la de la Formación Profesional.

¿Cómo se va a materializar ese cambio?

Hay que adecuar la oferta a las necesidades. Tenemos que tener mecanismos para saber en cada momento qué demanda el mercado laboral, que es cambiante. No tiene sentido ofertar un ciclo que no tiene salida. También queremos implantar un sistema en el que gran parte de la formación no sea en institutos sino en empresas. Nos pondremos de acuerdo con las Cámaras de Comercio para establecer convenios. Le dará más experiencia al alumno y el destino de muchos será el autoempleo, que es algo que queremos incentivar.

¿Se ha fijado algún plazo?

Desgraciadamente no puede ser a corto plazo porque es un cambio muy profundo en el sistema educativo.

¿Cree que la actual situación económica y la debilidad de las arcas públicas pueden dificultar sus proyectos?

Es complicado por la crisis y por la complejidad de la educación en sí, pero las prioridades son las políticas sociales y el Consell va a defender las cotas de bienestar de la Comunidad Valenciana. Por eso en los últimos presupuestos de la Generalitat las únicas partidas que no se han tocado son las relativas a políticas sociales.

¿Significa eso que no va a meter la tijera?

La idea es no hacer recortes, aunque sí optimizar recursos. Estamos obligados a ser más eficientes que nunca en aquellas áreas en las que seamos capaces de prestar los mismos servicios pero de forma mas racional.

¿Cómo lo va a hacer?

Cuando en la conselleria tengamos que acometer cualquier medida porque pensamos que ayuda a optimizar recursos, siempre nos vamos a hacer una pregunta: ¿Esta medida va en detrimento de la calidad de la educación?. Si la respuesta es sí, no lo haremos. Siempre habrá una línea roja que no podremos pasar porque ninguna medida puede rebajar lo más mínimo el nivel de calidad que ahora tenemos.

Ponga un ejemplo.

Hay aulas con 10 y 12 alumnos que estudian lo mismo. Optimizar recursos significa que pueden estar en una misma clase sin que la calidad de la enseñanza se resienta.

¿Mejorará esa calidad la introducción del trilingüismo en las aulas?

Sin duda alguna. El conocimiento de una lengua extranjera, preferentemente el inglés, hará a los alumnos más competitivos a la hora de encontrar un trabajo. Se da lengua inglesa en los colegios e institutos pero la idea es que otras materias también se den en inglés.

¿Hay suficientes profesores cualificados para ello?

Una parte muy importante de la normativa que se apruebe se centrará en la formación del profesorado. No se contempla introducir un nuevo modelo de la noche a la mañana, de un curso a otro, sino que el proceso va a llevar años y tenemos que ir formando al profesorado.

¿Usted sabe inglés?

Sé algo de inglés y más de francés. Muy poco, desgraciadamente. Por eso que sufrí el sistema y porque lo que sé lo aprendí en el colegio, es por lo que entiendo que es necesario que cuanto más inglés -preferentemente- o francés se imparta, mucho mejor.

¿Y qué hay del chino que quiso introducir su predecesor ?

Pensamos dejarlo como está. Como una optativa y una posibilidad más que tienen los alumnos.

El número de plazas de profesor convocadas ha caído en picado, ¿piensa aumentarlas?

La oferta siempre va en función de la demanda, que es menor porque la población escolar se ha estancado y lleva dos años decreciendo. El efecto llamada que una situación de bonanza tiene sobre la población inmigrante ha desaparecido y, como consecuencia, hay un ligero decrecimiento. La ratio de profesores en la comunidad es muy buena.

Entonces, ¿por qué hay bajas o vacantes sin cubrirse?

Es una cuestión del procedimiento administrativo. Las bolsas de profesores son complejas. Para el próximo curso los interinos se quedarán en sus provincias y eso hará más operativo el sistema para cubrir vacantes y bajas.

¿Cuál va a ser su relación con sindicatos y asociaciones de padres?

La misma que con todos los sectores que componen la comunidad educativa, como profesores y patronales de la enseñanza. Habrá una relación de diálogo absoluto y de predisposición para llegar acuerdos con ellos. Ya me estoy reuniendo con estos sectores.

Pasó la época de vacas gordas y hay muchos centros que no se construyeron entonces, ¿cómo piensa hacerlo ahora que llegaron las vacas flacas?

Difícilmente se podían construir colegios a un ritmo mayor. En ocho años se han abierto más de 400 centros educativos. Evidentemente, con la crisis el ritmo no se va a poder mantener, pero ya tenemos una lista de prioridades. Seguiremos construyendo centros en la Comunidad, pero siguiendo criterios estrictos de necesidades de escolarización. En eso ayudarán mucho los Centros de Iniciativa Social (CIS).

¿Significa eso que reforzará la apuesta por los centros concertados?

Sí, será otra línea que pondremos en marcha. Los concertados aliviarán la presión de escolarización sobre los públicos. Se va a reforzar la apuesta porque tenemos menos concertados, en relación con los públicos, que otras comunidades como Madrid, Cataluña o el País Vasco.

Le voy a plantear un problema matemático...

Soy de letras (ríe).

Los directores de Secundaria han resumido la situación actual de los centros con la siguiente ecuación: más alumnos por aula, menos dinero y menos profesores. ¿Sabe la solución?

(...) La ratio de alumnos por profesor está legislada y nunca nosotros incumpliremos ninguna ratio. Esa es la solución.

Uno de los problemas educativos más graves de la Comunitat Valenciana es el fracaso escolar. ¿Va a darle un giro a las medidas para reducirlo?

El ministro de Educación dijo recientemente que el fracaso escolar es más o menos homogéneo en todas las comunidades. Eso no quiere decir que nos conformemos. Mientras haya un 1% de fracaso nuestra lucha continuará. La semana pasada ya anuncié un plan estratégico que queremos que diseñe la propia comunidad educativa, profesores, asociaciones de padres y madres y la administración. La intención es tenerlo en pocos meses y ponerlo en marcha.