¿Qué áreas están trabajando en la Universidad Politécnica?

Hay especialistas en diseño del juguete, de espacios de ocio, en equipamientos industriales, ecodiseño... En general, tenemos una amplia gama de temas donde trabajan profesores de nuestra universidad. Lo primero que hice cuando implantamos el título de diseño fue buscar qué personal universitario trabajaba en el campo del diseño y se trajo a gente de la Facultad de Bellas Artes, de la Escuela de Industriales, de Arquitectura... y se hizo un colectivo de profesores diverso trabajando en la idea común que era el título de diseño. Eso nos ha dado muy buenos resultados.

Al final, el diseño manda sobre el resto de ingenierías.

Además de diseño también tenemos ingeniería aeronáutica de ciclo largo, electricidad, electrónica industrial y automática, química industrial y organización industrial, lo cual ha originado los nuevos grados.

¿Innovación y diseño van de la mano?

Sí. Es algo que intentamos transmitir a los alumnos. Igual que la capacidad de emprender, porque con la situación que tenemos ahora mismo de crisis, la gente o pone imaginación a crear empresas o a buscar nuevos sectores económicos o si no es difícil salir adelante. Yo creo que los titulados en Ingeniería del Estado español en general tienen que cambiar el chip, y pasar de pensar en ser funcionarios a ser el motor de las empresas.

¿Cómo se sale de la crisis?

La internacionalización es fundamental porque estamos en un mundo global y tienes que ver cómo produces pequeños cambios que hagan que tus productos se puedan vender mejor fuera. La mejor forma es que tus ingenieros hayan estado un tiempo fuera, si es posible de Erasmus u otros programas.

¿El diseño es la palanca de la próxima revolución industrial?

Puede ser con la aplicación de las nuevas tecnologías y las nuevas fuentes de energía. Ese conjunto nos va a abrir unas puertas que en este momento no estamos contemplando.

La propuesta de la canciller alemana Angela Merkel ¿puede perjudicar al sector?

No. En el sector aeronáutico nosotros tenemos a Fernando Alonso, que trabaja en Airbus como jefe de los servicios de pruebas de los nuevos aviones. Desde Toulouse en seguida abre puertas para que los alumnos de las escuelas de Madrid o de Valencia estén completando sus estudios fuera. Al final, eso enriquece cuando los titulados vuelvan a nuestro sector productivo.

¿Alguna propuesta?

Lo importante es que sepamos transmitir a nuestros alumnos la necesidad de crear empresas. La inversión que se hace por parte de la sociedad para formar ingenieros es un aporte muy grande para que luego no lo devuelvan. Han de contribuir con la creación de puestos de trabajo y generación de riqueza a través de industrias.

¿El ingeniero español se siente bien remunerado?

Sinceramente, no. La crisis está afectando a una gran parte de trabajadores del sector. En España yo creo que es difícil que aquellos que estamos trabajando, seamos ingenieros o no, estemos satisfechos con el sueldo que en este momento se está recibiendo.