¿Cómo está viviendo toda esta vorágine, no siente vértigo?

Estoy impresionado con lo que me está pasando. Yo me levanté una mañana como alcalde de Castelló y por la noche me acosté, sin poder dormir, siendo candidato a presidente de la Generalitat. En una semana me ha cambiado la vida y es sorprendente que esto pueda pasar. En la vida nadie nos garantiza lo que puede pasar. Es una noticia muy agradable y poco a poco la voy asumiendo. En todo caso, vértigo no me causa, sino un sentimiento de compromiso total porque es una enorme responsabilidad ser presidente de la Generalitat. Y soy yo. Para mí, los presidentes autonómicos han sido referentes. Ahora resulta que soy yo esa persona que antes veía por televisión.

A nadie se le escapa que era una meta para usted...

No era una meta. Yo soy consciente de que estaba en las quinielas y aun así quería que no se produjera por una cuestión afectiva hacia Francisco Camps. Sabía que si eso se producía era a costa del sacrificio del presidente Camps. Había una voz dentro de mí que decía que no se produjera. Pero ha pasado y ahora tengo la responsabilidad de cubrir las expectativas.

En 2005 fue nombrado alcalde tras la inesperada dimisión de José Luis Gimeno. La historia se repite...

Se dijo entonces y ahora se vuelve a cuestionar la legitimidad que pueda tener mi nombramiento. A los que tengan alguna duda yo les tengo que decir que entrando de alcalde en aquellas circunstancias he ganado dos elecciones. Que se apliquen el cuento.

Su nombramiento ha desatado revuelo en el partido y ya hay algunas voces, como la de Alfonso Rus, que han criticado que no se les haya consultado nada. ¿Teme que esto desemboque en una cisma interno?

Ni muchísimo menos. Yo puedo entender que a personas con responsabilidad como Alfonso Rus les habría gustado que se les consultara, pero también hay que entender la vorágine de ese día. Yo he hablado con Alfonso Rus y otras personas y el enfado inicial ya se les ha ido y están en la línea de trabajar.

¿No habría sido mejor un proceso más sosegado y consensuado?

No lo sé, ahí no entro. Voy a mirar al futuro, tengo una responsabilidad y la voy a ejercer. Lo que sí que voy a intentar es que esas cuestiones que, según dicen algunos de manera comprensible, han estado mal, no vuelvan a suceder.

¿Le va a tocar apelar a la unidad del partido?

No hace falta apelar. La gente está respondiendo de maravilla. Tengo el móvil doblemente bloqueado por los mensajes de apoyo y cariño que he recibido de toda la Comunitat y de fuera de la Comunitat. Estoy muy agradecido.

Su elección ha contado con la bendición de Génova pero la propuesta es de Francisco Camps. ¿Esto último no puede ser un lastre futuro para usted?

Nunca será un lastre. He trabajado muy a gusto con Camps. Es un gran tipo, un gran político y le deseo lo mejor. Es una gran satisfacción saber que es él quien en su día tomó la decisión de forma colegiada con Madrid.

¿Cree que Camps y Costa deben seguir de diputados?

Es una decisión personal de ellos.

¿Era Rita Barberá la primera opción en la lista de candidatos al relevo de Camps?

No lo sé. Rita es un animal político, es una persona muy popular, que irradia proximidad, cercanía, tiene criterio, sabe decir lo que corresponde en cada momento... Puede aspirar a lo que le dé la gana.

¿No sé siente segundo plato?

No, al contrario. Rita fue de las primeras que me llamó y me ofreció toda su colaboración. Estoy encantado.

Han pasado apenas dos meses desde las elecciones. ¿Entiende que la imagen que está dando su partido en la Comunitat puede defraudar la confianza depositada por los ciudadanos?

No lo sé. Yo creo que los ciudadanos apostaron por un proyecto, por una forma de entender las cosas, de defender los intereses y encarar el futuro. Ese planteamiento va a seguir adelante.En todo caso, tenemos que aprender de los errores, que nos sirvan de experiencia para no volverlos a cometer. Es el momento de tener un punto de inflexión, de hablar de la Comunitat Valenciana en positivo. Han sido ya muchos años de malas noticias en torno a la Comunitat Valenciana. Recuerdo que éramos la locomotora de prosperidad en España y tenemos que ser también los líderes para salir de la crisis. Eso es lo que nos debe preocupar.

¿A qué errores se refiere?

Ya se han dicho, no voy a ser yo el que los vuelva a repetir. Tenemos que sacar conclusiones de lo que ha pasado pero mirar al futuro.

Parece que el sector ripollista de Alicante ve con agrado su entrada. ¿Tenderá puentes para reconstruir la situación en esta provincia?

Yo no hablaría de sectores, sino de normalización en todos los sitios. Hay que escuchar a todo el mundo. Tenemos una estructura en Alicante con mucha gente comprometida y vamos a estar trabajando con ellos.

¿Se puede reconducir la situación con aquellos que, como en el caso de Benidorm, han dejado el partido?

Esa situación no puede ser. En Benidorm le dimos las elecciones al PSOE. Todos. Hubo gente que tomó decisiones que difícilmente tienen vuelta atrás. Aquella persona que ha querido forma parte del equipo ha tenido la oportunidad, incluso desde la discrepancia. Pero siempre manteniendo un criterio y una defensa del proyecto.

O sea, que los que se han ido ya no pueden volver...

Aquí no hay que hacer pulsos al partido ni a nadie. Este es una partido de entendimiento y de suma de esfuerzos pero no de enfrentamientos ni pulsos.

¿Cree que el hecho de ser de Castelló, por su peso específico en el conjunto de la Comunitat, puede causar recelos en posiciones centralistas?

Me imagino que sí, pero me siento muy orgulloso. Es una gran reponsabilidad ser el primer presidente de la Generalitat de Castelló. Nadie debe tener recelo.

Habrá ciudadanos de Alicante y Valencia que apenas le conocen ¿va a volcarse inicialmente en darse a conocer?

Claro. También me pasó aquí con la alcaldía, pero es una cuestión de esfuerzo y de trabajo. Aquí lo hice en los barrios y ahora me tocará hacerlo en los municipios. Habrá que ir a todos los sitios.

También le tocará explicar que usted no es el famoso Fabra...

No sé si la gente lo sabrá, pero ya lo irá sabiendo, no pasa nada.

¿Tiene una visión global de las necesidades de la Comunitat Valenciana?

Tengo que hacerla. Conozco la provincia de Castelló y ahora tengo que aprovechar para conocer Valencia y Alicante. Hay mucha gente del partido, los alcaldes y los miembros del Consell que me ayudarán.

Su visión periférica, ¿corregirá el centralismo?

Es muy difícil, el cap i casal es el cap i casal, es donde están las instituciones. Creo que la riqueza que tiene esta comunidad reside en su diversidad, de norte a sur y de costa a interior. No hay que centrarse en un punto, el bienestar tiene que generalizarse. En Castelló así lo hemos planteado: no vale tener el mejor centro histórico y abandonar al resto de barrios. Hay que garantizar que en cualquier punto se goza de las mismas oportunidades y del mismo nivel de bienestar.

¿Va a hacer algún ajuste en el Consell?

En principio no.

¿Y después de las generales?

No lo sé. No quiero marcar ningún plazo. Confío en las personas actuales.

¿Cuáles van a ser sus prioridades nada más aterrizar en el Palau?

Hay que dar normalidad. Me preocupa la imagen de la Comunitat valenciana. Hemos estado mucho tiempo hablando de aspectos negativos, malos, y hay que recuperar esa visión de lo que somos, gente emprendedora, dinámica. Por supuesto, es prioritario dar respuesta a la situación económica, al drama de muchas familias.

¿Tiene una receta propia para combatir la crisis?

Aquí no hay fórmulas mágicas, nadie las tiene. Se trata de trabajar mucho, gastar lo justo, intentar ahorrar lo máximo y destinar el dinero a iniciativas productivas.

Como alcalde de Castelló dijo que los ciudadanos no entenderían, en la actual situación, que se impulsaran proyectos multimillonarios como el del Centre de Convencions de Calatrava. ¿Mantendrá la política de grandes eventos y proyectos?

No podemos hacer un apagón en la Comunitat Valenciana de cara al exterior. La Comunitat está muy bien situada en el mapa internacional gracias a esos grandes eventos. Habrá que mirar cuáles pueden ser y cuáles no porque estamos en un momento de mucha austeridad. Las administraciones debemos ser un claro ejemplo del pensar y sentir de los ciudadanos.

Hablando de apagones, el ayuntamiento aprobó una resolución a favor de que TV3 se vea en la Comunitat. ¿Va a intentar corregir la actual situación?

Tiene que ser en igualdad de condiciones, aquí hace falta un múltiplex para igualarnos a lo que hay Cataluña y el Ministerio tiene la clave. Lo que no no puede ser es que en el siglo XXI, cuando uno puede con un ordenador ver la televisión de cualquier parte del mundo, no podamos ver la que está a 20 kilómetros de distancia por una cuestión formal. Hay que lograr que todas las comunidades tengan las mismas condiciones y luego firmar contratos de reciprocidad entre ellas. Y por eso voy a luchar. Quiero que se vea aquí TV3 y que Canal 9 se pueda ver en Cataluña.