­¿Se imaginan un árbol que es capaz de crecer sin apenas suelo, que sobrevive a condiciones semidesérticas, que da piñones comestibles y que, además, rebrota siempre tras un incendio forestal? El árbol existe; se llama Pino canario (Pinus canariensis) y una organización no gubernamental de Castelló —Amics de Palanques— investiga si es viable su empleo en la regeneración de los montes más degradados de la Comunitat Valenciana.

Los expertos de «Amics de Palanques» han logrado replicar siete nuevos árboles de esta especie de los que esperan obtener ahora las mejores semillas a partir de la polinización planificada de estos ejemplares.

Según David Molinos, uno de los técnicos del proyecto, los árboles empleados en este proyecto fueron seleccionados en distintos lugares de España y se caracterizan por su «tolerancia a situaciones adversas y su potencialidad protectora y productora».

«Amics de Palanques» trabaja también con material genético de ejemplares de gran porte procedentes del archipiélago canario, el lugar en el que este raro pino, con grandes similitudes con el pino del Himalaya, se refugió a partir del terciario empujado por las glaciaciones.

«Hay que tener en cuenta que en la Península se intentaron varias repoblaciones con pino canario y fracasaron en su mayoría. Hay determinados tipos de suelo que no soporta la especie y por eso a nosotros nos ha interesado especialmente encontrar un número crítico de ejemplares ya adaptados por encima de aquellos que han progresado en su medio natural», explicó.

En este sentido, «Amics de Palanques» y el proyecto Fènix Verd buscan desde hace más de una década consolidar un proceso de mejora genética, al igual que hicieron los agricultores durante siglos con sus semillas, en torno a este pino y a otras especies como el alcornoque que se caracterizan por su resistencia al fuego, o con el pino piñonero.

La asociación pretende abrir un debate sobre su uso en territorio valenciano, que cuestionan asociaciones ecologistas y organizaciones profesionales forestales. «Nosotros somos partidarios de emplearlo en pequeñas cantidades y en sitios y circunstancias muy concretas, aunque somos conscientes de ese rechazo y por eso queremos abrir un debate serio y racional en torno a su uso, no dogmático como ocurre ahora», afirma David.

Las ventajas

El Pino canario ha desarrollado unas estrategias de supervivencia que pueden convertirlo en un instrumento ideal para regenerar las zonas más degradadas de la Comunidad Valenciana, donde las especies denominadas autóctonas no tienen apenas la menor oportunidad de supervivencia.

Ademas de rebrotar a las pocas semanas de haber sufrido un incendios forestal— sorprende por ser el primer material verde que surge entre las cenizas—, el Pino canario no requiere mucha precipitación y es capaz de progresar en suelos empobrecidos a cuya recuperación contribuye cubriéndolos rápidamente de pinocha.

Además, su semilla, sin alcanzar las cualidades de la del pino piñonero, se acerca bastante y permite un aprovechamiento agroalimentario.

Cree que cada vez habrá más territorio en esas condiciones «difíciles» que impiden recuperar la cubierta vegetal «Fènix Verd» niega el carácter invasor del Pino canario. «Es una especie que se autoregula —cuando hay bastante pinocha sus semillas no prosperan y ha desarrollado estrategias para maximizar la permanencia del árbol adulto y asentado en lugar de buscar propagaciones masivas como las que intenta el pino carrasco— capaz de convivir con nuestra flora y de mejorar nuestro suelo», explicó.

Sin embargo, el rechazo a su utilización es todavía muy fuerte, tanto por el Gobierno central como por el autonómico. También en el terreno técnico. Por eso son conscientes de que es necesario «convencer» y preparan el material genético necesario por si se dan las condiciones.