El gobierno italiano acaba de aprobar una dieta de adelgazamiento radical de su estructura administrativa —que incluye la supresión de 36 provincias, la fusión de 1.500 ayuntamientos y la eliminación de 50.000 cargos públicos— para reducir su deuda, por exigencias del Banco Central Europeo. Grecia también aprobó la reducción de dos tercios de sus ayuntamientos en 2010 para atajar el déficit público. En España el Gobierno quería impulsarla a través de la nueva Ley de Gobierno Local que ha quedado aparcada para después de las elecciones. En la Comunitat Valenciana existen los mecanismos para impulsar esta racionalización de los servicios públicos... Pero la apuesta no acaba de arrancar.

Hace justo un año que se aprobó la Ley de Régimen Local impulsada, como no podía ser de otra manera, por el ex conseller y actual portavoz del PP en las Corts, Rafael Blasco. La nueva norma hizo correr ríos de tinta por la posibilidad de suprimir de oficio los municipios más pequeños y estimular las fusiones de localidades por motivos económicos. Un año después el balance de esta medida no resulta demasiado halagüeño. Las mancomunidades y fusiones avanzan pero a paso lento. Aunque algunos municipios han escenificado su voluntad política de aunar servicios y colaborar en los gastos, los resultados son más bien escasos, salvo los honrosos casos de las mancomunidades que funcionan y resultan efectivas. En la provincia de Valencia, Meliana y Tavernes Blanques comparten farolas; la Mancomunitat de l´Horta Sud recauda las multas de un nutrido grupo de municipios: los vecinos de Massamagrell, Museros o Emperador disfrutan de la piscina cubierta de Rafelbunyol; los de Alaquàs, Aldaia, Xirivella y Quart de Poblet comparten el servicio de alquiler de bicicletas; l´Eliana, Paterna y San Antonio Benagéber aspiraban a compartir una planta de biomasa y servicios; Ador y Palma de Gandia se proponían compartir instalaciones deportivas... Simat y Benifairó de la Valldigna comparten policías locales al igual que l´Alqueria de la Comtessa y Rafelcofer. Otros cinco municipios de la Vall del Vernissa también anunciaron que compartirían servicios para ahorrar... En Alicante, Guadalest y Benimantell comparten secretario; Alicante y Elx, gobernadas por el PP, anunciaron un acercamiento; Teulada y Benissa querían compartir servicios e infraestructuras.

Otro instrumento para facilitar la mancomunidad de servicios se incluye en la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana, en vigor desde enero de 2011, que crea 34 áreas urbanas integradas (ver el gráfico que acompaña esta información) para ordenar «sistemas de transporte público, la infraestructura verde, bulevares metropolitanos, procesos de conurbación, equipamientos supramunicipales, viviendas de protección pública y fórmulas de cooperación y gobierno intermunicipal». Los municipios pueden agruparse en consorcios para impulsar estas infraestructuras, fomentados por la Generalitat y las Diputaciones, en los que puede participar la iniciativa privada. Pero tiene que existir voluntad política y financiación que ahora es lo que más escasea.