Todas las previsiones sobre el cambio climático realizadas hasta ahora en España preven un impacto negativo sobre los recursos hídricos, ya que pronostican un tránsito hacia la aridez de la Península debido a la disminución de las precipitaciones medias, así como el aumento de la magnitud y frecuencia de fenómenos extremos como inundaciones y sequías. Sin embargo, un reciente trabajo del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), un organismo público dependiente de los ministerios de Fomento y Medio Ambiente, apunta hacia un incremento de las precipitaciones medias anuales de entre el 5% y el 20% en gran parte del territorio de la Comunitat Valenciana durante los próximos 30 años.

El análisis del Cedex sobre el futuro de los recursos hídricos en régimen natural —los que provienen de ciclo hidrológico sin ninguna alteración humana— , en reglas generales, confirma «una reducción generalizada de la precipitación conforme avanza el siglo XXI, por lo que se reducirían las disponibilidades de agua».

El estudio preve dos escenarios de emisión de gases de efecto invernadero establecidos en 2000 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés). Uno sin sin medidas de reducción de CO2 y de otros gases que contribuyen al calentamiento global, y otro con control de emisiones. En el caso de la situación más adversa, se espera que durante los próximos 30 años la precipitación media en España decrezca un 5% con respecto a 1961-1990, las tres décadas con registros observados que se establecen como periodo de control.

Influencia mediterránea

No obstante, aún en el marco más desfavorable, el Cedex detecta grandes diferencias regionales en la variación de las precipitaciones medias durante los próximos 30 años, «entre zonas de costa e interior y entre áreas con mayor o menor influencia mediterránea o atlántica». Así, el frente mediterráneo, entre el cabo de Gata y el de Creus, es el único donde no decaerán las precipitaciones entre 2011-2040, mientras que el norte y el poniente peninsular, son las zonas donde más caen las lluvias.

En las cuencas hidrográficas valencianas, el régimen de lluvias anuales aumentará más en la parte alta del Millars, del Turia y del Segura—entre un 5 y 20%—, y en tramos intermedios del Júcar. Mientras que en la parte baja de las cuencas las lluvias aumentarán hasta un 5%. Solo la cabecera del gran río de la C. Valenciana, el Júcar, ya en Castilla-La Mancha, verá reducida su pluviometría en un 5%, debido a su menor influencia mediterránea.

En el caso valenciano la media anual asciende al «aumentar la proporción de la precipitación máxima diaria respecto a la lluvia total anual». Es decir, al cobrar más importancia los episodios de lluvias intensas alimentados por vientos de levante cargado cargados de humedad de un Mediterráneo cada vez más cálido. ,

Fin de siglo al borde de un clima semiárido

El panorama pinta peor conforme avanza el siglo en el caso del escenario sin control de emisiones de gases de efecto invernadero. Así, para la treintena 2041-2070 las proyecciones preven una caída de la precipitación media del 9%, para llegar a los últimos tres decenios (2071-2100) con una reducción de las precipitaciones del -17%. Es decir que el siglo XXI concluiría con un régimen pluviométrico en España de apenas 500,5 mm anuales —102,5 mm menos que la media anotada en el período 1961-1990—, lo que situaría a nuestro país al borde de un clima semiárido. En el segundo escenario proyectado, con medidas de limitación de emisión de gases de efecto invernadero, la caída prevista de las precipitaciones medias se suaviza, llegando a un máximo del -9% entre 2071-2100.