La consellera de Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, anunció ayer que su departamento va a acometer una "simplificación de la legislación urbanística" para ordenar el "caos urbanístico y fijar unas reglas muy básicas y procedimientos ágiles" en los trámites urbanísticos. Bonig anunció que "en un año o año y medio estará listo el refundido de la legislación". La consellera hizo este anuncio tras reunirse con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en la ronda de contactos que éste mantiene con todos los "consellers", y con el que trató varios asuntos relacionados con su macroconselleria.

El urbanismo fue el primer tema que quiso destacar la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente al comparecer ayer ante los periodistas. "Vamos a evitar posibles contradicciones y fijar unas reglas básicas, ágiles, claras y transparentes en la tramitación urbanística", anunció Bonig. "Vamos a aprovechar este momento en el que no hay tanta presión urbanística" para acometer esta reforma que se ha anunciado en anteriores ocasiones. De hecho, la consellera admitió que su antecesor (Juan Cotino) ya anunció esta medida y que el adelgazamiento de la normativa valenciana ya se incluía en el programa electoral.

En realidad esta purga urbanística se vende desde que se aprobó la Ley Urbanística Valenciana (LUV) en diciembre de 2005 (aunque entró en vigor en febrero de 2006). Una disposición adicional de la LUV obligaba al Consell a aprobar un texto refundido de toda la legislación al año de la entrada en vigor de la misma LUV. Sin embargo las leyes no paraban de multiplicarse. El exconseller Rafael Blasco impulsó su famoso "paquete legislativo" que aportó a la Comunitat Valenciana cuatro leyes y dos reglamentos que suman un total de 1.183 artículos de obligado cumplimiento (ver el cuadro adjunto). Todos los que le sucedieron intentaron adelgazarlo. Por ahora ninguno lo ha conseguido.

Quien inició los trabajos fue el fallecido José Ramón García Antón, el único que se atrevió a coger el toro por los cuernos y el que encargó a tres pesos pesados del derecho administrativo y el urbanismo un análisis sobre las contradicciones en las leyes y soluciones a este caos. Los elegidos fueron José María Baño León, Rafael Gómez-Ferrer Morant y Luciano Parejo, quienes redactaron un borrador sobre la reforma urbanística que no escatimó críticas a la ineficacia de las medidas legales para frenar la ligitiosidad o limitar el urbanismo expansivo. También sugirieron medidas que, hasta ahora, se han quedado guardadas en un cajón a pesar de que Cotino inició un periodo de información pública y de consultas que no fructificó en un "lifting" urbanístico real. El único paso que se dio fue el decreto ley aprobado en mayo de 2010 que eliminó la figura del concierto previo (creado en 2004 y también retocado por todos los consellers del ramo) o la eliminación de trabas en las declaraciones de interés comunitario (actividades en suelo no urbanizable). Pero como todos los titulares de este departamento quieren dejar su sello, Bonig también anunció que en breve aprobará la Ley de Actuaciones Estratégicas que desarrollará los proyectos emblemáticos de la estrategia territorial.