Tras quince días de inactividad con el cierre de instalaciones docentes y administrativas para facilitar el ahorro energético, la Universitat de València volvió ayer a reabrir centros y departamentos con normalidad pero sin apenas movimiento. No obstante, desde el rectorado remitieron a septiembre para conocer el alcance final y los datos de esta campaña estival. Con esta campaña, la institución académica ha pretendido ahorrar unos 400.000 euros.

No obstante, las infraestructuras de investigación, los animalarios y el registro permanecieron plenamente operativos. Aunque el acceso a todos los centros por parte del personal ha sido posible durante esta quincena de agosto, no funcionó el aire acondicionado o el servicio de limpieza.

La Universitat lleva dos años ejecutando un "exigente plan de ahorro energético, que ha dado excelentes resultados gracias a la implicación de todos los centros y servicios. El dinero que se ahorra revierte en los centros para ser reinvertido en confort docente, tal y como explicó el gerente de la institución, Joan Oltra, cuando se informó sobre esta práctica.

Cada año, "los objetivos de ahorro son más ambiciosos. En los seis primeros meses de 2011, el ahorro global de energía eléctrica ha sido del 2,72%, pese a la entrada en funcionamiento de nuevos edificios. Esta reducción significa un ahorro de más de 100.000 euros. Más importante ha sido la reducción del consumo de gas, que ha llegado al 11,42%. Pero donde se han batido todas las previsiones ha estado en el ahorro de agua, que se ha reducido en el primer semestre de 2011 en un 15,18%" recordaron en la Universitat.