Estable dentro de la extrema gravedad. Esta viene a ser la conclusión de la auditoría a las cuentas del grupo Radiotelevisió Valenciana (RTVV). La consultora Ernst & Young reitera que la situación de las sociedades Canal 9 y Ràdio 9 sería de quiebra técnica en una empresa privada -una máxima que se repite los últimos años- y advierte de "una incertidumbre significativa sobre la capacidad del ente para continuar con sus operaciones". No obstante, el ejercicio de 2010 aparece como de contención de la sangría, en la medida de lo posible. Así, el saldo negativo que arrastra se eleva ahora hasta los 1.155 millones (16 más que al final de 2009), mientras que la deuda a corto y largo plazo con entidades financiera se mantiene en 1.099 millones, el tope marcado por ley.

Si bien, la auditoría revela que en este endeudamiento existe cierto maquillaje, ya que, además de las obligaciones con los bancos, RTVV tenía 158 millones pendientes de pagar a acreedores comerciales a final de 2010. Y casi 83 millones de ellos superan los plazos establecidos en la ley de 2010 contra la morosidad en las operaciones comerciales. En total, los débitos a pagar al cierre del año eran de 1.295 millones (por 1.286 al finalizar 2009). El resultado del ejercicio señala unas pérdidas -al margen de la aportación de la Generalitat- de 183,7 millones, lo que aún así supone una moderación de la sangría económica (el balance de 2009 fue de 212,3 millones, negativos). La razón hay que buscarla en la contención del gasto. Se han pagado 57,3 millones menos en mercaderías, materias primas y contratos con otras empresas con respecto al año anterior. Esta es la mejor imagen de la "economía de guerra" que anunció el director general del ente, José López Jaraba, en su comparecencia en las Corts. La cara negativa es la consecuencia de este cierre del grifo en el sector audiovisual valenciano, dependiente hasta ahora casi en exclusiva de Canal 9. De pagar trabajos de otras empresas por 45,5 millones en 2009 se ha pasado a abonar sólo 23,5 millones. Los gastos de personal también se han contenido ligeramente: 79,9 millones en 2010 frente a 81,2 el año de antes. No es porque la plantillahaya menguado de forma considerable, ya que se mantiene en las mismas dimensiones: 1.777 empleados al finalizar 2010 (16 menos que un año antes). La que no se mueve es la nómina de directivos (33).

Si las pérdidas no se han podido reducir más es por el mal resultado de los ingresos, provocado por la casi desaparición de la venta de derechos (RTVV ha dejado de ser poseedora de los derechos televisivos de los principales equipos de fútbol valencianos). De contar con 23,1 millones en 2009 por este concepto ha pasado a recaudar 1,2 millones. Y de esa exigua cantidad, sólo 327.214 euros corresponde a derechos de retransmisiones deportivas. En el lado positivo está el ligero crecimiento de los ingresos publicitarios registrado, pese a tratarse de un año de crisis y de caída de la audiencia (8,4 % de cuota de pantalla al finalizar 2010 en Canal 9; en la actualidad no alcanza al 6 %). TVV sumó 21,1 millones por los anuncios, frente a 20,7 en 2009. Paradójicamente, Ràdio 9 ha visto cómo caía la entrada de fondos por publicidad pese a crecer en oyentes (613.000 euros en 2010, cuando el año anterior logró 831.463 euros).

La auditoría incluida en la Cuenta General de la Generalitat también apunta que la radio autonómica hizo crecer su masa salarial un 1%, aunque en general el grupo ha respetado el precepto de no hinchar este concepto.

El documento destaca asimismo que en 2010 se amplió el capital social del grupo en 47,2 millones por acuerdo del Consell, aunque al finalizar el año sólo había pagado 11,8 millones, quedando el resto para 2011.