El Gobierno valenciano no obligará al profesorado de esta comunidad, de momento, a realizar más horas de clase y llegar a las veinte semanales como propugnan las presidentas de Madrid y de Castilla-La Mancha. El jefe del Consell, Alberto Fabra, respondió ayer que no prevé el aumento del horario lectivo para los docentes.

A preguntas de los periodistas, tras reunirse con cada uno de los portavoces de los grupos de las Corts, Fabra declaró que no considera que este incremento sea necesario en la Comunitat. "Hay más medidas antes que esa", apuntó el presidente, quien reclamó "colaboración" a la oposición en esta materia. "Vamos a hablar de la posibilidad de acuerdos" en educación para elevar el nivel de calidad de la enseñanza, añadió.

En similares términos se pronunciaron el martes desde la misma Conselleria de Educación al indicar a Levante-EMV que "aunque no hay nada inamovible, no está en la agenda realizar modificaciones" en el calendario lectivo que suponga un incremento del horario de los profesores.

Escarmentados del continuo conflicto en el ha estado inmerso el sistema educativo valenciano en los últimos años, desde el Consell parece que buscan una paz social. Al menos, el nuevo responsable de Educación, José Ciscar, desde su nombramiento está realizando una ronda de conversaciones con todas las organizaciones escolares.

En la entrevista que este periódico realizó el domingo a Ciscar al respecto de las ventajas laborales del profesorado en tiempos de crisis, el conseller respondió: "Niego la mayor. Niego las ventajas porque los profesores realizan un trabajo que no se ve, pero durante los meses no lectivos están haciendo una serie de funciones y luego tienen su periodo vacacional como lo tenemos todo el mundo. En cuanto a retribuciones, en la Comunitat Valenciana es justa para el trabajo que desarrollan".