"El Sol siempre amanece por el este y se acuesta por el oeste", nos enseñaron casi como una letanía en el colegio. Sin embargo esto solo ocurre dos veces al año, pues "es durante los equinoccios de primavera y otoño, cuando el astro rey sale y se pone exactamente por el este y el oeste geográfico", precisa Fernando Ballesteros, investigador del Observatori Astronòmic de la Universitat de València (UV).

Mañana viernes, equinoccio de otoño, tendremos una de esas dos jornadas únicas en las que la noche y el día duran lo mismo, pues los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios. Enric Marco, investigador del Departament d'Astronomia i Astrofísica de la UV, en su blog "Pols d'estels" explica que durante los equinoccios, la estrella que nos da vida está sobre el ecuador celeste, el círculo que cruza el cielo pasando por el este y el oeste. Como el ecuador celeste divide el horizonte en dos mitades iguales, la noche y el día duraran lo mismo: 12 horas".

Los "caminos del Sol"

Un sencillo experimento para ver el "camino" del Sol durante los equinoccios, apunta Ballesteros, "es clavar un palo recto en tierra e ir marcando en el suelo el extremo de la sombra cada 15 minutos. Cuando unamos estos puntos habremos obtenido una línea recta perfecta que marca la dirección este-oeste".

Dicha recta o línea equinoccial, no se da el resto de días, donde el resultado es una curva. Así, mañana durante este día de las sombras rectas, a las 11 horas y 5 minutos, cuando el Sol cruce el ecuador celeste en dirección hacia el sur, entraremos oficialmente en el otoño mientras que en el hemisferio sur estrenarán la primavera.

A partir de ahora, añade Ballesteros, el Sol "saldrá y se pondrá cada vez más hacia el sur, por lo que al hacer un recorrido más corto disminuirán las horas de luz hasta que llegue el solsticio de invierno (22 de diciembre), el día más corto del año". Entonces, el"camino" del Sol volverá a ascender en latitud, aumentando las horas de luz cada vez más rápidamente -"Per Santa Llúcia un pas de puça; per Nadal un pas de gall...", dice el costumario valenciano-, hasta que vuelva a situarse la vertical sobre el ecuador el 20 de marzo, durante el equinoccio que da paso a la primavera". En este punto, el Sol "empezará a salir y se ocultará más hacia el noreste, por lo que su recorrido será más largo y habrá más horas de luz, hasta que en solsticio de verano, el 20 de junio nos deje el día más largo". En el hemisferio sur ocurre lo contrario.

El Sol se encuentra más cerca de la Tierra durante los equinoccios y, además, está alineado con el plano ecuatorial terrestre, por lo que debido a la fuerza de atracción gravitacional se dan las mayores mareas del año. En el Cantábrico las oscilaciones entre bajamar y pleamar alcanzan los 5 metros, pero en el Mediterráneo son de pocos centímetros al tratarse de un mar pequeño en comparación con el Atlántico.

¿Por que hay estaciones?

"Las causa de las estaciones, contrariamente a lo que se piensa, no es la órbita elíptica de la Tierra alrededor del Sol, es decir su proximidad o lejanía a la estrella, si no la inclinación del eje de la Tierra", dice Ballesteros. La órbita terrestre si que influye en la desigual duración de las estaciones, pues la Tierra en su trayecto alrededor del astro rey va más deprisa cuanto más cerca está de él y más lento conforme se aleja, como ya descubrió Johannes Kepler en 1609.