El Gobierno de Zapatero es el culpable de todos los males y ahora también la única tabla de salvación. Como un grito de socorro sonó ayer en el pleno de las Corts la petición del conseller de Hacienda, José Manuel Vela, para que el Estado ayude a colocar la deuda de las comunidades ante la situación de las arcas autonómicas. Vela, quien compareció para informar de sus líneas de actuación, recordó que en 2010 el Consell gastó 498 millones menos que el ejercicio anterior, pero alertó de que ahora no puede pagar a los proveedores porque no puede colocar deuda, no para ampliarla, sino para refinanciarse en un mercado que, dijo, "no existe". Tan dramática es la situación que llegó a afirmar que si el Estado no arbitra un mecanismo, como podrían ser los hispabonos -"puede ser un sistema o no", dijo, aunque el PP se ha opuesto en Madrid-, "las consecuencias pueden ser graves y devastadoras para la propia solvencia de la Administración".

"No va a ser posible seguir soportando la no renovación de operaciones existentes", aseveró Vela, para apuntar que este año no han podido colocar 780 millones. El conseller trasladó a la oposición la "necesidad" de pactar un modelo de financiación autonómica para poder ir unidos a Madrid a reivindicarlo y "un objetivo firme y claro de alcanzar el equilibrio presupuestario" en la presente legislatura. Vela reiteró las medidas de ajuste, que supondrán un ahorro de 680,7 millones, más otros 400 en el sector público -lejos de los 1.800 de los que ha hablado el Ejecutivo-, para añadir que los tiempos han cambiado, de tal forma que tendrán que ser "capaces de presupuestar sin deuda y gastar aquello que ingresemos, no más". En la comunidad más endeudada respecto al PIB, el titular de Hacienda enfatizó que "el recurso sistemático al endeudamiento toca a su fin". También defendió el recorte en 197 liberados sindicales con el argumento de que no puede dejar de ahorrar 2 millones y luego "mirar a la cara" a proveedores a los que no paga y a parados. "El camino va a ser difícil, tortuoso, accidentado y probablemente, doloroso, pero, de ésta, vamos a salir", enfatizó.

La oposición lo acusó de culpar al Estado y no asumir responsabilidades, y reprochó al Consell que ha "dilapidado los frutos de la expansión económica", ha tardado tres años en aplicarse la austeridad y ahora es "un freno a la reactivación", en palabras del portavoz socialista, Julián López. "Cuanto más necesitamos a la Generalitat menos podemos contar con ella porque está tan endeudada que no puede moverse", aseveró. Enric Morera (Compromís) lo instó a "pedir perdón", ya que, dijo es parte del Gobierno de un Camps que tildó de "gastador compulsivo", que ha llevado a la Comunitat a "una situación de insolvencia".

Patrimonio e igualdad

Ignacio Blanco (EU) acusó al Ejecutivo de querer "cuadrar las cuentas" a costa de los funcionarios y los usuarios de los servicios públicos, y le censuró por recortes como el de profesores de apoyo mientras "regala 100 millones a los ricos al rechazar el impuesto de patrimonio". Vela alegó que el impuesto "afecta a las clases medias", y sostuvo que "su no aplicación garantiza la igualdad de los españoles". Vela hizo una autocrítica: "No haber sabido valorar la dimensión de la crisis que se nos venía encima, ni yo ni todos los organismos que trabajaban para nosotros".

Sólo 173.000 ? de una emisión de 2 millones

El Instituto Valenciano de Finanzas apenas logró colocar 173.000 euros en la última subasta minorista de pagarés a doce meses pese a ofrecer una de su mayores rentabilidades históricas, el 4 %. La falta de liquidez de los inversores, la ausencia de confianza, la escasa publicidad que realiza el IVF de este tipo de emisiones o las tres cosas a la vez parecen haber influido en que los inversores particulares sólo comprasen 173 pagarés de 1.000 euros pese a que la entidad realizó el pasado cinco septiembre un convocatoria de hasta dos millones de euros. Fuentes de la conselleria de Economía explicaron que el porcentaje de colocación ha sido el habitual para este tipo de operaciones. Sin embargo hasta ahora los pagarés para el tramo minorista no habían alcanzado tan alta rentabilidad. v. r. valencia