El Wall Street Journal, el santuario de la ortodoxia financiera y el espejo en el que se miran las corporaciones más selectas y poderosas del mundo, abrió ayer su espacio digital al toro Ratón, cuyo impacto en los medios de comunicación internacionales lleva camino de igualar el del gran premio de Fórmula I de Valencia.

En un amplio reportaje firmado por Ilan Brat que el diario llevó ayer a la portada de sus ediciones en Europa y mundial, el periódico financiero analiza las razones de la notoriedad adquirida por "Ratón" y apunta a una próxima retirada de un toro que lleva camino de ser el más famoso de la historia.

Según escribe Ilan Brat, "la madrugada del domingo en Canals puede haber sido la última actuación de "Ratón"". El reportero asegura que el propietario de la res, Gregorio Jesús García Collantes "está considerando" retirar el toro, que ya ha cumplido 11 años de las plazas, equivalentes a 80 años en un humano. El propietario admite su "declive", aunque no es seguro que Ratón abandone los bous al carrer" todo dependerá, dice de si sigue habiendo demanda para ver al animal.

Tras esforzarse por describir la labor de los recortadores y el sentido de la fiesta en la calle, Ilan Brat insiste en el posible declive -slowing down- de Ratón. Su opinión se fundamenta en la decepción de uno de los recortadores, Pedro Pulido, de 22 años, y que atesora ya más de 20 lances con Ratón. "Se ha hecho viejo. Hoy ha estado bien, pero ahora es igual que cualquier otro toro", asegura.

El reportaje hace un somero recorrido sobre la trayectoria de "Ratón". "El toro más malo de España" comenzó a fraguar su leyenda a mediados de la década de 2000. Primero fue el boca a boca de los aficionados y más tarde la difusión de vídeos de Ratón a través de las redes sociales como Facebook o Twitter, según asegura el articulista. A partir de ahí el fenómeno se dispara y también el interés por ver actuar a la res, a quien otro ganadero, Vicente Benavent, define como "el toro de nuestro tiempo".

Hay elogios de ganaderos, recortadores y "fans"- con todos habla el autor del reportaje- hacia la "astucia inteligente" del astado y su capacidad para concentrarse en sus víctimas una vez elegidas.

Ilan Brat no esconde la parte más polémica de los bous al carrer y admite que cuando Ratón explota su "giro mortal", responsable de dos muertes y cinco heridos de gravedad, el número de seguidores y la fama del toro se incrementa.

No falta en el reportaje un análisis entre político y sociológico que destaca la fortaleza del espectáculo de los bous al carrer frente a la crisis - cita la prohibición de los toros en Cataluña- del toreo tradicional.

Finalmente, el articulista, fiel a la línea habitual de su cabecera, hace una incursión en el terreno económico e intenta averiguar qué cuesta contratar a Ratón. Su propietario guarda silencio y se limita a admitir que su caché es más elevado que el de otras reses, pero ahí se queda. Wall Street tendrá que esperar.