En su primer 9 d'Octubre como presidente de la Generalitat, Alberto Fabra no pudo evitar la tentación de vincular el presente y futuro de la Comunitat Valenciana con el pasado esplendoroso del Reino de Valencia del siglo XIV; esta vez con el corredor mediterráneo como telón de fondo. "Tenemos todo el potencial y todas las capacidades para volver a situarnos como uno de los centros económicos más potentes del Mediterráneo, igual que fuimos durante el Segle d'Or", auguró Fabra. Para rematar: "Hoy, el Corredor Mediterráneo es la infraestructura que nos ha de conducir a nuestra segunda esplendor".

Estas palabras y la defensa cerrada de esta infraestructura, que debe unir los puertos valencianos con Europa y cuyo trazado se negocia en estos momentos en la Unión Europea, fueron uno de los aspectos más destacados del discurso del presidente Fabra en el acto institucional del 9 d'Octubre. Una intervención sin ningún anuncio de calado político o económico, y donde de nuevo el jefe del Consell enarboló la bandera de la austeridad: "Debemos afrontar los problemas con realismo y ser pragmáticos a la hora de buscar soluciones. Al igual que empresas y familias, las administraciones tenemos que dar ejemplo, no gastar más de lo que podemos y sacar la mayor rentabilidad de nuestros recursos". Con todo, Fabra no eludió la autocrítica: "Tenemos que crear una nueva administración y cambiar la mentalidad para servir a los verdaderos intereses de los ciudadanos. Es necesario adaptar nuestro papel y nuestra estructura a la nueva realidad. [...] Tenemos que reinventarnos, ser más eficientes, austeros y transparentes", dijo Fabra, en lo que muchos entendieron como una enmienda a los años de grandes eventos.

El jefe del Consell advirtió a sus compañeros de gobierno de los "sacrificios" que deben estar "dispuesta a hacer" en los tiempos que se avecinan. Pero también dibujó algunas claves de gestión con un evidente trasfondo electoral en vísperas del 20N, algo que generó el malestar de la oposición, que le afeó el tono partidista en una jornada como la de ayer: "La solución no es subir los impuestos porque donde mejor puede estar el dinero es en manos de los ciudadanos y de las empresas para que se recupere la actividad económica", afirmó Fabra.

"Hay que abordar reformas estructurales en nuestra economía y hacer políticas de incentivo, y no de subsidio", dijo el presidente, repitiendo una idea que lanzó hace una semana en un acto de partido con Rajoy.

Finalmente, en clave institucional, el presidente transmitió un "mensaje de confianza" a los ciudadanos para superar la crisis. Y en línea con el consenso buscado desde el primer día, Fabra hizo "una llamada a la sociedad civil, agentes económicos y sociales y a los partidos para encontrar las mejores soluciones" a la situación económica. "Lo que necesitamos es crear empleo, mantener la sociedad del bienestar, atraer más turismo y apoyar la agricultura. Aquí no sobra nadie, todos somos necesarios para sumar esfuerzos", concluyó.