El presidente de la diputación de Valencia, Alfonso Rus, presume, siempre que tiene ocasión, de pagar a los proveedores a 55 días y a sus empleados, el 26 de cada mes. Proclama estos hábitos casi como señas de identidad. En el área de Carreteras, que gestiona el vicepresidente Enrique Crespo, hay otras prácticas no menos singulares. Como adjudicar tres contratos por procedimiento negociado sin publicidad, a dedo, para realizar unas obras que ya estaban hechas e inauguradas, dentro de un proyecto mayor. Las contratistas de los trabajos complementarios pertenecen al mismo grupo constructor que una de las dos adjudicatarias del contrato principal en UTE.

Sucedió en plena precampaña de las elecciones del 22 de mayo. Era 21 de marzo. Un lunes. El vicepresidente Crespo acudió, con su compañero Juan José Medina, a una maratón de cortes de cinta en Els Serrans. Empezaron por Chulilla, donde se abrió a la circulación peatonal un andén anexo a la carretera que une el núcleo urbano con el polideportivo. La obra se licitó el 26 de agosto de 2009 por 672.875,53 euros y se la llevó la UTE formada por Limpiezas Setabenses y Construcciones Icma-Proakis. La obra se inauguró al alimón con la primavera. El 1 de abril, Rus firmó la adjudicación de dos contratos para realizar unos trabajos que formaban parte del proyecto ya ejecutado. En un caso, se trataba de la "estabilización de taludes en la carretera CV-394", para lo que se destinaron 49.981 euros.

El segundo proyecto, la "restauración paisajística en la CV-394", también en el acceso a Chulilla, tuvo un presupuesto de 49.920 euros. Las dos actuaciones ya acometidas se dieron a dedo a dos contratistas filiales. En el primer caso a Inditec, una firma del Grupo Ortiz, al igual que la Compañía Internacional de Construcción y Diseño, contratista del segundo proyecto. Dos firmas hermanas de una de las socias de la UTE que se llevó el contrato principal.

Ese 1 de abril, Rus firmó también el pliego de condiciones para un tercer contrato complementario. Fue adjudicado, el 28 de julio, a Asteisa Tratamiento de Agua, que debía llevar a cabo la "ordenación de accesos y zonas de estacionamiento". Estas obras se licitaron por 199.962 euros más IVA. Se consultaron, en un negociado sin publicidad, sólo dos ofertas. Asteisa fue la elegida, tras aplicar una pobre rebaja de 362 euros.

La propaganda fue delatora

Lo más chocante es que las tres obras estaban ejecutadas. Lo acreditan las fotografías del folleto explicativo que la diputación repartió a los asistentes a la inauguración de los 404 metros de andén peatonal. La publicación delata cómo se han ejecutado el proyecto de los taludes, el paisajístico y el aparcamiento: "Se actúa sobre los taludes inestables de la ladera de la montaña, procediendo a su estabilización (...). Se ejecuta un murete de retención de mampostería para evitar que pequeños desprendimientos puedan invadir la calzada". Y se añade: "Las actuaciones programadas se han completado (...) con zonas de aparcamiento (...) así como medidas encaminadas a mejorar la integración ambiental de la actuación, realizando plantaciones en zonas reservadas".

El folleto da cuenta de los 2.860 metros cuadrados de malla que se instaló contra desprendimientos o de 952 plantas sembradas, ingredientes ambos de los contratos adjudicados once días después de la inauguración. El catálogo también recoge que la "licitación" e "inversión total" de las obras de la UTE Icma-Proakis y Limpiezas Setabenses era de 1.134.375 euros, cuando en realidad ascendía a 672.875 euros. Esos 1,13 millones se parecen bastante a la suma de los cuatro contratos, más el IVA.