El conseller de Educación, José Císcar, ha presentado estas pruebas en una rueda de prensa en la que ha explicado que se trata de una novedad en el sistema educativo de la Comunitat, que se suma así a una iniciativa ya puesta en marcha en las comunidades autónomas de Andalucía y Aragón.

Esta prueba se implantará en el curso actual y se prevé que la prueba -de siete horas y media de duración- tenga lugar durante un sábado de la segunda quincena de febrero.

La Conselleria de Educación prevé que unas 2.000 personas se beneficien de esta prueba, a la que se puede acceder previo pago de unas tasas de diecinueve euros.

La obtención del título de bachiller permite presentarse a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), a ciertas oposiciones, así como acceder directamente a los ciclos formativos de grado superior.

El conseller ha asegurado que esta prueba "va a ayudar a rebajar la tasa de fracaso escolar" puesto que supone un "retorno escolar" de personas que en su momento abandonaron los estudios y se contabilizaron en las estadísticas de abandono.

Císcar ha opinado que quienes van a presentarse a esta prueba "serán en su mayoría gente que se habrá arrepentido de abandonar sus estudios con anterioridad", y en este sentido ha celebrado que en las pruebas de obtención del graduado en ESO desde el año 2000 se han presentado 45.420 personas, un 12,8 por ciento de las cuales han aprobado.

La prueba consta de tres partes que versan sobre materias comunes lingüísticas, comunes no lingüísticas y materias de la modalidad de bachillerato escogida, y es necesario aprobar todos los bloques para obtener el título, si bien es posible presentarse solo a alguna de las partes.

Las asignaturas aprobadas en el examen único anual son convalidables en aquellos casos en los que los aspirantes decidan continuar su formación con estudios de bachillerato nocturno o a distancia, del mismo modo que aquellos que tengan aprobadas la totalidad de las asignaturas de un bloque antes de presentarse al examen están exentas de dicho ejercicio.

El conseller ha concluido que la puesta en marcha de estas pruebas unirá a cambios en la Ley de Formación de Personas Adultas para ofrecer cursos preparativos para las pruebas libres especialmente en centros de formación dependientes de los ayuntamientos.