Astronomía. El Observatorio Astronómico de la Universitat de València (UV) integra la red mundial de 26 telescopios que ha logrado medir por primera vez con precisión el diámetro del lejano planeta enano Eris, a 15.000 millones de km del Sol. El hallazgo, que revela que Eris es un gemelo de Plutón en tamaño, fue publicado ayer por la revista «Nature».

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En la noche del 6 de noviembre de 2010, el telescopio de 60 centímetros de diámetro que la Universitat de València tiene en Aras de los Olmos y otros 25 observatorios de todo el mundo no le perdieron ojo al lejano planeta enano Eris mientras se interponía entre una tenue estrella y la Tierra. Esta investigación, en la que por el Observatorio Astronómico de la UV participaron el catedrático de Astronomía Juan Fabregat y el astrofotógrafo Vicent Peris, ha logrado medir por primera vez con precisión el diámetro de este planeta enano, actualmente a 15.000 millones de kilómetros del Sol. El hallazgo, publicado ayer en la revista «Nature», revela que Eris es un gemelo de Plutón en tamaño.

El descubrimiento en 2005 de este planeta enano, al que da nombrela diosa griega de la discordia, influyó en que Plutón se dejara de considerar como planeta. Ambos pasaron a integrar una nueva categoría, la de los planetas enanos, reduciendo el número de planetas del Sistema Solar de 9 a 8. Hasta ahora se apuntaba que Eris era el mayor de los 8 enanos que se han descubierto más allá de Neptuno, sin embargo la nueva medición vuelve a situar al «degradado» Plutón como el más grande de ellos.

Fabregat detalla que estos planetas «están tan alejados que para los telescopios solo son un pequeño punto, con lo cual es muy difícil medir su tamaño e incluso conocer su posición con fiabilidad». Explica que la única forma de hacerlo es a través de las ocultaciones, es decir cuando el planeta transita entre una estrella y la Tierra, con lo que midiendo el tiempo que oculta la luz del astro se puede inferir su diámetro.

No obstante, estos acontecimientos son difíciles de observar al ser los planetas enanos muy distantes y pequeños. Además, las predicciones de los ocultamientos son muy imprecisas. «El error del cálculo es tan grande como la Tierra, de ahí que cuantos más telescopios implicados más probabilidades de ver la ocultación», añade. Peris, operador del telescopio de de Aras de los Olmos, narra que desde allí no se vio. «Durante el tránsito de Eris ante la estrella, que duró poco más de un minuto, el astro no dejo de brillar», apunta.

Solo se vio desde dos observatorios de Chile: el Observatorio La Silla del ESO —siglas en inglés del Observatorio Austral Europeo— , y otro de San Pedro de Atacama, donde se utilizaron dos telescopios, uno de ellos de 40 cm, perteneciente al Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) y a Astroimagen. Los tres anotaron una caída repentina en el brillo en el momento en que Eris bloqueó la luz de la distante estrella. Estas observaciones indican que Eris está cerca de una forma esférica, por lo que se ha medido con éxito su diámetro.

Casi idénticos en tamaño

Hasta ahora se creía que Eris era un 25 % más grande que Plutón, pero el nuevo estudio demuestra que los dos objetos son casi del mismo tamaño. Así, Eris alcanza los 2.326 km de diámetro, con una precisión de 12 km. Esto significa que su tamaño se conoce con más exactitud que el de su gemelo, con un diámetro estimado de entre 2.300 y 2.400 km. El diámetro de Plutón es más difícil de medir debido a la presencia de una atmósfera, que hace que su borde sea imposible de detectar por medio de ocultaciones.

Fabregat cuenta que la masa de Eris ya se conocía gracias al movimiento de su luna, un satélite llamado Dysnomia en honor a la diosa griega de la anarquía. «Al precisar ahora su diámetro hemos podido determinar la densidad de Eris — 2,52 gramos por cm3 —, por lo que es algo menos denso que la Tierra, pero un 30 % más que Plutón». Esto, permite deducir que Eris es un gran cuerpo rocoso cubierto por una capa de hielo de unos 100 km de espesor.

Peris, por su parte, destaca que Eris «refleja el 96% de la luz que recibe del Sol, lo que lo convierte en prácticamente un espejo». Es decir, que es uno de los objetos más reflectantes del Sistema Solar, junto a la helada luna Encelado de Saturno. Esto, apostilla Fabregat, se debe a que «la capa más exterior de su atmósfera está congelada». Esta finísima capa de hielo, según un comunicado del ESO, podría ser el resultado de la condensación en forma de escarcha del nitrógeno o metano de la atmósfera de Eris a medida que éste se aleja del Sol en su órbita alargada, hacia un ambiente cada vez más frío.

Fabregat detalla que Eris, está ahora «tres veces más lejos del Sol que Plutón, con lo que que cuando se encuentre a la misma distancia del Sol que su gemelo — a unos 5.700 millones de km—, recibirá 10 veces más energía, y ese hielo volverá convertirse en gas, con lo que tendrá una atmósfera similar a la de Plutón».