El Defensor del Paciente remitió ayer un escrito a Ricard Cabedo, fiscal jefe superior de la Comunitat Valenciana, en el que le insta a que abra una investigación "por la situación que ha tenido que vivir Sonia Márquez por el fallecimiento de su hijo de nueve años por la presunta desatención que tuvo en el Hospital General de Valencia a causa de las vacaciones del neurólogo infantil y sin derivarle a otro hospital". "Además -denuncia el Defensor-, no buscaron a otro profesional".

El hijo de Sonia Márquez se llamaba Toni, tenía 9 años y era de Alaquàs. En una carta remitida al Defensor del Paciente a la que ha tenido acceso este periódico, Márquez cuenta que su hijo tenía parálisis cerebral infantil, pero que pese a eso "consiguió andar, hablar y ver". "Pero desde hace dos años mi hijo fue empeorando", relata Márquez. "Nadie me hacía caso, lo llevé a médicos y nada", continúa esta madre, que asegura que a raíz de una nueva medicación que le pusieron a su hijo este "ya no era el mismo". "Este verano se empezó a rendir y a apagarse como una vela", explica Márquez. Ahí comenzó, según esta madre, el calvario. Los médicos no miraban qué le pasaba a su hijo mientras este empeoraba lentamente.

El día cinco de septiembre Toni entraba al Hospital General de Valencia "en un estatus convulsivo". "No le querían hacer pruebas porque decían que si yo no sabía que tenía que llegar este momento", cuenta Márquez. "Durante 15 días, mi hijo no es atendido por ningún neuropediatra porque el único neurólogo infantil que tiene el hospital estaba de vacaciones", dice esta madre, que señala que desde el segundo día "insistí en que lo trasladaran a otro hospital, como La F, donde sí había neurólogos". El personal del General, siempre según el testimonio de esta mujer, le niega el traslado. El niño no dejó de convulsionar durante su tiempo en el hospital. "Entraba y salía de cuidados intermedios, aunque yo insistía en que no estaba bien", dice Márquez.

Toni entró en coma -"me di cuenta yo antes que los médicos"-. El niño sufrió "varias neumonías y cuando ya no se pudo hacer nada lo mandan una madrugada a La Fe y a los quince días muere", relata su madre. "Pido ayuda porque pasaron muchas cosas más y quiero que paguen por todo lo que mi hijo ha sufrido", sentencia Márquez. A Toni le hicieron la autopsia porque, según su madre, "ni ellos saben por qué se ha muerto": "Mi hijo no estaba para morirse". Por último, Márquez denuncia que en el hospital no le quieren dar ningún papel de ingreso ni de alta, excepto "uno los de la funeraria en el que se dice que autorizo a que mi hijo sea trasladado de La Fe al cementerio de Alaquàs".