La Plataforma en defensa de los servicios públicos de salud mental de Valencia acusó ayer a la Generalitat de "volver a la política manicomial de hace 50 años" por su "política asilar" con los enfermos mentales. Es decir, por limitarse a darles asilo en grandes residencias y no apostar por un modelo asistencial "que asegure el bienestar, la recuperación y la reinserción comunitaria de estas personas". El caso más preocupante, a su juicio, es la existencia de residencias mixtas de enfermos mentales y ancianos.

Se trata de centros geriátricos autorizados también como centros residenciales para enfermos mentales donde conviven personas mayores y personas con enfermedad mental. Según los datos de la plataforma, en la Comunitat Valenciana funcionan cuatro residencias geriátricas mixtas: en Massamagrell (San Lorenzo del Brindis), Sagunt (Montearse), Favara (Gerisan) y Barx (Mondúver). En ellas residen 238 personas con enfermedad mental.

"Este tipo de residencias mixtas -denuncian- resulta pernicioso tanto para las personas mayores como para los enfermos mentales. Las personas con enfermedad mental grave (muchas de ellas jóvenes) internas en centros residenciales tienen un perfil de necesidades totalmente distinto al de las personas mayores", alegan, porque "precisan un tratamiento sociosanitario, psiquiátrico y rehabilitador individualizado, unos protocolos de intervención y supervisión específicos, y un contexto adecuado para su reinserción comunitaria y laboral". "Por no hablar -concluyen- de los riesgos en el bienestar y seguridad de los propios usuarios como el triste ejemplo de Massamagrell demuestra". Se refieren a la muerte de cuatro ancianos y un enfermos mental en 2006 en la residencia de Massamagrell.

Javier Belda, representante de la plataforma en defensa de los servicios públicos de salud mental, destaca que esa cohabitación puede comportar la "cronificación" y el "deterioro evitable" de los enfermos mentales. También cuestiona los grandes Centros Específicos de Enfermos Mentales (CEEM), "con un número excesivo de residentes, situados en lugares apartados, sin conexión con la comunidad" como si fueran "lugares de depósito".

El Consell dice que viven separados

Por su parte, la Conselleria de Justicia y Bienestar Social aseguró que en las residencias mixtas "no se produce interferencia alguna, ni siquiera física, entre los usuarios de los módulos destinados a la atención de las personas con discapacidades persistentes por enfermedad mental crónica, y las personas mayores, al existir una precisa separación modular entre ellos. Se mantiene en todo momento el principio de la atención personalizada por las circunstancias discapacitantes, por medio de módulos que prestan servicios especializados y diferenciados", afirmó.