Nadie sabe qué va a pasar con la Biblioteca de la Mujer de Valencia. El contrato de su única trabajadora expira el 31 de diciembre, aunque el día 20 es el último día que el del centro de la calle Náquera puede estar abierto ya que ese día comienzan las vacaciones de la empleada.

La que fue responsable de la biblioteca hasta septiembre del año pasado, Elisa Sanchos, asegura que lo único que piden a la Administración es que aclaren el futuro de la biblioteca: "Queremos que se tranquilice a los usuarios porque la gran parte ellos consultan libros para sus trabajos universitarios y ahora no saben si van a poder seguir haciéndolo en enero", comenta Sanchos.

Hasta el momento la única reacción de la Dirección General de Familia y Mujer de la Conselleria de Justicia y Bienestar Social, que gestiona el centro, llegó el pasado martes y fue para negar que la biblioteca "se haya cerrado" y para asegurar que seguirá "prestando sus servicios". Sin embargo, no han aclarado qué planes tienen para cuando finalice el contrato de su única trabajadora.

Las asociaciones de mujeres y entidades de igualdad de la Comunitat Valenciana declararon ayer que si el cierre no se va a producir la directora general debe aclarar diversos puntos. Uno de ellos es "saber si se va a mantener en su puesto a la profesional encargada de esta tarea en la actualidad, como garantía de mantenimiento". En caso de que no fuera así, las asociaciones exigen saber cómo se piensa mantener abierta la biblioteca "ofreciendo el mismo servicio de calidad".

La preocupación de los usuarios viene ya de lejos. El pasado 19 de septiembre, la Administración amortizó la plaza de bibliotecaria que había ocupado Elisa Sanchos desde 1993. "Esto significa que ningún funcionario puede estar ya al frente del centro", explica Sanchos.

La antigua bibliotecaria también destacó la importancia de la persona que esté al frente de la biblioteca. Se trata de un centro único en la Comunitat Valenciana que posee más de 11.000 volúmenes y que recoge casi todo lo publicado sobre mujer y género desde finales de los 80 hasta 2010. Por ello, la responsable de la colección ha de ser experta en el tema. "A la biblioteca la gente va con solicitudes muy concretas y técnicas que no todo el mundo tiene la capacidad de atender".