­La política de contención del gasto que está llevando a cabo el Ejecutivo valenciano está afectando a los más mínimos detalles, sobre todo en lo referido al gasto corriente. Las restricciones en el ámbito de la Generalitat han llegado al punto de cerrar el grifo del agua mineral a los los funcionarios y altos cargos. Literalmente. Presidencia de la Generalitat ha dado la orden de retirar todos los dispensadores de agua que había en las conselleries y centros de trabajo. Fuentes consultadas por este diario indicaron que la drástica medida empezó aplicarse hace un tiempo en algunas conselleries. La decisión de retirar las garrafas de agua se tomó de manera individual en algunos departamentos cuando hace aproximadamente un año el recorte en el capítulo de gastos de funcionamiento empezó a notarse en la gestión diaria. Sin embargo, todavía quedaban centros de trabajo con dispensadores de agua.

La estrecheces presupuestarias, que han llegado ahora a su máxima expresión, han desembocado en decisiones desde el Palau de la Generalitat de índole doméstico, pero que, arguyen las fuentes consultadas, son necesarias dentro de una situación de extrema gravedad. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, dio instrucciones hace unas semanas a los altos cargos para que las comidas que con motivo de trabajo son abonadas por la Generalitat se ajustaran a un menú de 20 euros.

También se dio consigna a las subsecretarias de las conselleries para que se controlara el gasto telefónico. Aunque en principio está descartado un tope de gasto como tienen los diputados autonómicos (120 euros al mes), se ha acordado enviar a los altos cargos extractos mensuales de su consumo telefónico. Si se produce algún exceso, añadieron las citadas fuentes, se llamará la atención a la persona.

A estas medidas, hay que sumar la que tiene que ver con el gasto en agua mineral. A partir de ahora, aquellos que quieran beber agua tratada tendrán que traerse la botella de casa o «beber del grifo, que es agua potable», comentaba a este diario un responsable del Consell conocedor de esta decisión.

«Rajoy está apretando»

Se trata de medidas que pueden resultar anecdóticas, pero que dan la medida de los problemas presupuestarios que está teniendo el Ejecutivo que preside Alberto Fabra. El Consell tiene además la espada de Damocles del objetivo de déficit del 1,3% con el que se comprometió a cerrar el ejercicio de 2011 con el Ejecutivo central. Con Mariano Rajoy a punto de ocupar la Moncloa, el Ejecutivo valenciano sabe que sea como sea tiene que cumplir. «Rajoy está apretando», admitía a este diario un miembro del Consell.

Fabra, que preside una de las administraciones más endeudadas en relación al Producto Interior Bruto, busca también se ejemplarizante. La nivelación de sueldos de los directivos de las empresas públicas €cuyo ahorro es casi simbólico (medio millón de euros) responde a la citada filosofía de hacer gestos de cara a la ciudadanía.

Fuentes de Presidencia indicaban que desde el Consell se está trabajando en todas las conselleries diversas fórmulas que redunden en la restricción del gasto corriente. El ahorro energético es uno de los objetivos principales.

Tal como avanzó este diario, la Conselleria de Hacienda y Administraciones Pública está estudiando un cambio en los horarios de los funcionarios para ahorrar en el consumo eléctrico. La idea que se baraja es concentrar los horarios para que sobre las 16 horas haya terminado la jornada laboral y se puedan cerrar los edificios públicos. Hay estudios internos que certifican que puede ahorrarse un cantidad importante de dinero si se pone coto a la luz, el teléfono o la calefacción en los centros administrativos.

Fabra inició la semana pasada una ronda de contactos con los consellers para insistir en las políticas de ahorro. Según fuentes conocedoras de algunas de estos encuentros, el presidente está haciendo mucho hincapié en la necesidad de controlar el gasto corriente y dar ejemplo a los ciudadanos.

Fabra también ha eliminado los regalos a los periodistas y altos cargos con motivo de las fiestas navideñas. Respecto a los obsequios que llegan al Palau de la Generalitat, fuentes de Presidencia indicaron que no existe nuevas indicaciones y que imperará el sentido común.