El responsable de la sastrería que suministraba los trajes a medida a las tiendas Milano y Forever Young confirmó ayer en el juicio el encargo de prendas a nombre de Francisco Camps, Ricardo Costa y el condenado Rafael Betoret. El administrador de Sastgor S. L., Francisco Gorina, precisó que Milano encargó para Francisco Camps siete trajes y dos americanas y Forever Young solicitó cinco trajes. El testigo aclaró que como fabricante no podía conocer quién era el destinatario final de las prendas, pero explicó que colocaron etiquetas interiores con el nombre y apellido del expresidente por orden de las tiendas. La fábrica estaba en Navarra y la administración en Sabadell. Gorina indicó que confeccionaban diez mil trajes al año con patrones industriales que adaptaban a cada cliente.

El administrador de Sastgor apuntó al jurado que desde la empresa proporcionaron a los investigadores toda la documentación que encontraron. "Allí estaban los nombres del clientes -en referencia a los establecimientos-, los datos técnicos e información de los trajes. Nosotros no conocíamos al cliente final. Nos habría gustado, pero las tiendas son reacias a dar este tipo de información", puntualizó.

El representante de la sastrería señaló al jurado que las hojas de encargo recogían las medidas como el largo de la manga y el ancho del cuello. Francisco Gorina destacó: "El nombre Francisco Camps es el texto que nos pidieron poner en la etiqueta, pero yo no sé para quién era. No encuentro lógico poner el nombre de otra persona, pero eso es un problema de la tienda".

Gorina manifestó que la primera factura que le consta a nombre de Camps por un traje de Milano es de noviembre de 2005, aunque el expresidente ha insistido en que su relación con la tienda madrileña comenzó en primavera de 2006.

El testigo señaló que en algunos pedidos "aparece el nombre del expresidente sin la s final", pero precisó que se podía deber a que la persona anotó mal el apellido. "Nosotros en la etiqueta del traje pusimos Francisco Camps", reiteró.

El abogado de la acusación popular preguntó por qué en las hojas de pedidos aparece de forma genérica "señor Camps o Camp" y en las hojas de confirmación "Francisco Camps". El representante de Sastgor aclaró que era para no tener fallos en las etiquetas. "Hemos intentado que las etiquetas queden lo mejor posible porque algunos clientes son muy meticulosos por eso en los pedidos aparece señor Camps y en las confirmaciones pone Francisco Camps".

La fiscal también preguntó por los encargos a nombre de Rafael Betoret a pesar de que ya está condenado y devolvió los trajes. Las hojas de encargo fueron exhibidas en la sala y eran iguales que las de Camps y Costa.

El abogado de Camps interrogó a Gorina sobre el precio final de los trajes. "Por lo que oímos las tiendas doblan el precio de los trajes, pero yo no lo sé porque no me encargo de eso", respondió.

Entrega de las prendas

Ayer por la mañana también declaró como testigo la responsable de la empresa pagada por las firmas Milano y Forever Young para transportar los trajes a Valencia.

La representante de la firma de transportes señaló al jurado que los portes de Milano iban a nombre de Álvaro Pérez y se entregaron en la calle Conde Salvatierra de Valencia -donde estaba la primera sede de Orange Market- salvo uno que fue directamente a la casa de "El Bigotes". La testigo precisó que su empresa facturó al menos un envío al mes entre enero y agosto de 2006, aunque destacó que desconocía el contenido de los bultos. Además, apuntó que algunos paquetes pesaban 25 kilos y otro 5 kilos.

La representante de la firma de transportes puntualizó a los miembros del jurado popular que para Forever Young hicieron 11 entregas en casa de Álvaro Pérez salvo una que iba otro domicilio a nombre de Rafael Betoret.

El cansancio hace mella entre los asistentes y el juez desalojará la sala si no se guarda silencio

El cansancio por la acumulación de jornadas empieza a hacer mella entre los asistentes y las partes a pesar del descanso del fin de semana. La cámara que está dentro de la sala mostró imágenes del fiscal Anticorrupción de Valencia, Jesús Carrasco, mostrando gestos de cansancio. Otra de las personas a la que el sueño estuvo a punto de gastarle una mala pasada fue el concejal de Seguridad Ciudadana de Valencia, Miguel Domínguez. Las imágenes de televisión del interior de la sala de vistas permitían ver cómo Domínguez cerraba los ojos y cabeceaba durante el interrogatorio al administrador de la sastrería Sastgor. Los dos acusados y sus abogados defensores también daban muestras de agotamiento tras unas jornadas de mucha tensión y unos interrogatorios muy farragosos. El jurado todavía tendrá que escuchar la declaración de más de setenta testigos y peritos, en unas jornadas maratonianas de mañana y tarde. Por otra parte, el presidente del jurado -el magistrado Juan Climent- advirtió por última vez al público de que desalojará la sala si no guarda silencio. El magistrado cortó el interrogatorio de una testigo para reclamar al público que se comportara "como mandan los estrictos cánones de la sala", es decir, sin entablar conversaciones ni usar los móviles "ni papelitos". "Se lo ruego para evitar cualquier tipo de problema", reiteró. La sala de vistas esta medio vacía al caer la expectación que hubo los primeros días del juicio. Además, prácticamente tampoco hay curiosos a la entrada del Palacio de Justicia, aunque se mantiene un amplio dispositivo policial pare prevenir algún tipo de incidente. Los medios de comunicación siguen el juicio desde una sala anexa equipada con señal de vídeo.